Alimentos con alta densidad energética —obtenida a partir de carbohidratos y grasas— y principalmente dulces, como chocolate y café con leche caliente, son un antojo común en los días frescos y lluviosos, como resultado de la necesidad del organismo de elevar sus reservas de energía, que consume cuando trata de alcanzar el nivel normal de temperatura corporal.

Cuando las lluvias hacen bajar las temperaturas en Yucatán, no es raro que el pan francés y dulce se acabe en las tiendas o entre los ambulantes, y tampoco que en las casas se preparen bebidas calientes, como el chocolate o el café con o sin leche.

“El panadero con el pan, el panadero con el pan… Tempranito o por las tardes en triciclo con su bocina o con sus palmadas todavía es una gran tradición de ver en Yucatán”, recuerda la licenciada en Nutrición Ina Alejandra Beristain Navarrete, educadora en diabetes, especialista en nutrición clínica y vocal del Colegio Mexicano de Nutriólogos Capítulo Yucatán.

En días en que hace fresco, los panaderos lo ofrecen calientito en su canasta cuando salen al encuentro de su clientela por las calles de los municipios y también de algunas colonias de la ciudad. “El que no sale a comprarlo se queda sin pan para comer”, dice la experta.

La nutrióloga Beristain Navarrete señala que en Yucatán el clima es cálido todo el año, con algunos meses más frescos y pocos días o semanas de frío o mal tiempo con lluvia y vientos helados. Para estos últimos casos, los panaderos ya conocen muy bien los antojos de temporada y algunos incluso salen a vender con un termo de café.

¿Qué pasa en el cuerpo en los días de lluvia?

Explica que cuando el termómetro baja en los días frescos y lluviosos o en invierno el cuerpo utiliza la energía almacenada en forma de grasa para mantener su temperatura promedio, en consecuencia requiere volver a llenar esas reservas, de ahí que aparezca la necesidad de consumir alimentos.

“En esas condiciones no surge el antojo de lechuga y vegetales, sino de alimentos con alta densidad energética a partir de carbohidratos y grasas (principalmente alimentos dulces), como el pan dulce, el chocolate o el café con leche caliente. Esto sucede porque ésos son alimentos más calóricos y, si se consume pan, el cuerpo obtendrá más energía que si come un pepino, por ejemplo”, indica.

“Entonces, con menor cantidad de alimentos altos en densidad energética que comamos vamos a obtener más energía”.

Además, continúa, se entra en calor más rápidamente consumiendo alimentos calientes y densos en energía, de esta forma por simple termodinámica se incide directamente en la temperatura del cuerpo para percibir la sensación de menos frío y más calor corporal.

¿Qué puede sustituir al pan en los días frescos?

La vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Diabetes en el Sureste, A.C., manifiesta que para los días lluviosos y frescos se recomienda consumir frutas y verduras amarillas, ricas en vitaminas A y C.

La especialista admite que las personas en general suelen optar por una “dulce decisión”.

Y es que detrás de estas opciones hay también una influencia cultural, acorde con los hábitos y costumbres que desde pequeños se aprenden en el núcleo familiar, “de ahí que busquemos comida como el tradicional pan dulce con chocolate o café caliente”.

“Es posible la elección de estos alimentos de manera ocasional siempre tomando en cuenta la condición de salud de cada individuo y respetando el tamaño de las porciones, así como la calidad de estos productos”, subraya la nutrióloga.

¿Cuántas calorías aporta el pan dulce al cuerpo?

Un pan dulce mediano de panadería tradicional aporta normalmente de 200 a 250 kilocalorías, 10 gramos de grasa, 30 gramos de carbohidratos y cuatro gramos de proteínas, y una taza de café con leche de 240 mililitros con leche semidescremada representa 135 kilocalorías, cinco gramos de grasa, 12 de hidratos de carbono y ocho de proteína. En una taza de chocolate con leche semidescremada hay 190 kilocalorías, seis gramos de grasa, 30 de hidratos de carbono y 9 de proteína.

La nutrióloga destaca que el consumo excesivo de estos alimentos podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas, como obesidad, diabetes e hipertensión, por lo que moderar su ingesta es importante.

Por lo anterior, y con la intención de adoptar estilos de vida saludables, se debe reducir la cantidad de energía (kilocalorías), grasas y azúcares optando por alimentos más ligeros, como por ejemplo leche descremada en lugar de semidescremada o entera, y cocoa sin azúcar en vez de tablillas de chocolate regular que contienen gran cantidad de azúcar añadida y poco cacao.

Asimismo, se aconseja disminuir la cantidad del lácteo empleado en la bebida sustituyendo la mitad por agua.

“Incluso, al sustituir el azúcar de mesa por algún edulcorante no calórico de nuestra elección podemos disminuir la cantidad de energía y carbohidratos en nuestro café o chocolate con leche. También es importante señalar que el pan dulce casero o de panaderías tradicionales o artesanales siempre será la mejor alternativa, procurando evitar el consumo de alimentos industrializados que, por lo general, tienen mayor cantidad de conservadores y otros ingredientes críticos para la salud”, manifiesta.

Apunta que estos alimentos forman parte de la tradición gastronómica mexicana y se pueden consumir de manera habitual dentro de un plan de alimentación saludable, del que formen parte todos los grupos de alimentos, en porciones adecuadas durante las comidas.

Como recomendación resalta que hay que tratar de llegar a esos antojos sin hambre, sin ansiedad ni compulsividad para disfrutarlos, al igual que ser sensatos en el tamaño de la porción y la frecuencia de consumo.

“Disfrutemos en estos días lluviosos de un delicioso chocolate con leche y nuestro pan dulce de panadería local”, exhorta.