Por Gaspar Silveira Malaver
MÉRIDA.- A fines de diciembre recibí una llamada de esas que, en esta pandemia, me alegraban porque oír a una persona de 84 años, casi 85, con deseos de salir adelante a pesar del calvario de su cáncer, y el Covid, era de verdad gratificante.
"Pronto, pronto si Dios quiere. Vamos a desayunar y platicamos", me dijo don William Berzunza León. Y sí, había mucho que contar.
Vence al Covid
Meses antes había vencido el coronavirus y, con problemas de próstata desde años atrás, estaba tratando de recuperarse, pero la debilidad le estaba ganando.
Sin embargo, oírle y verle luego en su foto especial para el Diario junto al árbol de Navidad en su casa nos llenó de buena vibra por el simple hecho de verle bien.
Leyendas yucatecas
Igual sentimos con Miguel Canto, con Guty Espadas, Juan Herrera y Miguel Medina, el "Gúero" levantador de pesas Olímpico. Son nuestras joyas, nuestras leyendas, orgullo eterno del deporte yucateco.
En los días recientes había ocupado varias de mis horas revisando la Enciclopedia del Béisbol Mexicano, libros del Salón de la Fama y el Archivo del Diario, porque planeaba una nota de recuento por sus 85 años, que cumpliría pasado mañana lunes 18.
Se rinde homenaje a Wílliam Berzunza León, miembro del Salón de la Fama e inspiración de nuevos valores yucatecos. pic.twitter.com/vsdRlAbgHA
— Gobierno de Yucatán (@GobYucatan) February 8, 2015
Con sus bisnietos
Apenas ayer viernes, su familia colgó en sus redes sociales una imagen del "veterano" con sus bisnietos.
Fue una mejor señal. Y era otra imagen a incluir en ese tema que ahora no imagino cómo abordar.

Triste noticia
Pero la mañana nublada de hoy sábado 16 de enero nos dan la noticia inesperada: nos avisa su hijo mayor que nuestro ilustre veterano, el inmortal William Berzunza León, ya no nos contará más porque el Señor se lo llevó a su morada.
El teléfono no ha dejado de sonar, llamadas y WhatsApps. Sus amigos y sus peloteros discípulos le lloran.
Recuerdo
Me quedo con su sonrisa de siempre, sus anécdotas y su legado, registrado en los libros.
Hombre que trascendió dentro y fuera del diamante, formó e hizo ganadora a una una legión de buenos jugadores y mejores hombres.
Legado
Sus Lobos del Tecnológico de Mérida, y otros muchos clubes que dirigió, avalan lo que dijo, que lo enriquecieron como persona y agradaron su nombre y el de su apreciada familia.
Hicieron sentir a don William Berzunza valioso siempre y fortalecieron, aún retirado, que ese nicho en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano tenga un valor agregado. Porque allí van los grandes peloteros, pero no siempre llegan los grandes hombres.
Una de mis más tristes notas de esta dura época será la que sustituya a la reseña que alistaba para pasado mañana lunes. Pero será un homenaje a la leyenda de nuestro béisbol.

Descanse en paz.