El tiempo pasa muy rápido y con él, la vida. Los días, los meses e incluso los años pasan sin que nos demos cuenta, hasta que de repente los hijos ya crecieron y las canas empiezan a notarse en la cabellera.

Siempre habrá algo que nos muestre que el tiempo pasó y pasó muy rápido, es por ello que debemos ser más conscientes de que el mañana es incierto y lo único seguro que tenemos es el hoy. Por esta razón, aprovechemos cada día para vivirlo no solo dando lo mejor de nosotros mismos, sino disfrutando cada momento del día buscando ser felices, amando a nuestros seres queridos.

No perdamos el tiempo en discusiones ni contiendas, pues el tiempo pasa y llegará el momento en que nos arrepentiremos de eso.

Les invito a que hoy —y todos los días— rían, sean felices, agradecidos, abracen, amen, cuiden y nunca se olviden de ustedes mismos, ya que jamás podremos retroceder el tiempo.

No perdamos más el tiempo en cosas que realmente no importan, miremos al cielo y recordemos que tenemos a uno que con su creación nos demuestra cuán hermoso puede ser cada día, pues Dios creó todo, el sol, el cielo, el mar, los campos, las aves y todo eso es gratis.

Si nuestros ojos ven con la sensibilidad correcta nos daremos cuenta que tenemos tantas cosas para disfrutar y que muchas veces pasan inadvertidas.

Dios hizo a cada persona que nos rodea alguien con quien disfrutar día a día, así que no dejemos pasar los días en vano, y vivamos disfrutando cada día que Dios nos regala en su infinita bondad; aprendamos a disfrutar cada minuto de nuestras vidas.

Fundadora de Sublime Amor.

 

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