MADRID (EFE).— Hasta ahora solo se ha observado dos grandes cuerpos procedentes de fuera del sistema solar, pero, un estudio apunta que 1% de los objetos que impactan contra la Tierra podría ser de origen interestelar, por lo que su presencia en nuestro vecindario cósmico sería más frecuente de lo que se creía.
Una investigación de científicos españoles, publicada por “The Astronomical Journal”, ha analizado el origen, a través de su órbita, y composición de algunos de los cuerpos de un metro de diámetro que impactan nuestro planeta.
El trabajo lo ha liderado Eloy Peña Asensio, doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Instituto español de Ciencias del Espacio (IEEC-CSIC).
La mayor proporción de pequeños asteroides que colisionan contra la Tierra, 77 %, no son asociables a ningún cuerpo progenitor, “aquellos que llevan recorriendo el sistema solar durante decenas de miles de años y sus órbitas han perdido afinidad con los asteroides o cometas de los que proceden”, explicó el astrofísico Josep Maria Trigo Rodríguez, coautor del citado artículo.
El estudio
Se estudió la base de datos de bolas de fuego del Centro de Estudios de Objetos próximos a la Tierra de la NASA-JPL para inferir el origen dinámico de los bólidos producidos por el impacto de proyectiles métricos contra nuestra atmósfera.
La base contaba con 887 eventos registrados desde 1988, pero solo 255 contenían datos suficientes para reconstruir su órbita. El estudio permitió contemplar las posibilidades orbitales de los objetos que año con año llegan a la Tierra y, al menos el 16 % de los eventos, podía pertenecer a enjambres de meteoroides (restos de asteroides y cometas que producen lluvias de meteoros).
Conocer la naturaleza y el origen de estos impactadores es de “vital importancia”, apuntó el estudio, ya que permite analizar el riesgo de impacto que suponen pequeños asteroides y cometas. Conociéndolos, es posible en última instancia, prevenir una posible catástrofe.