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CIUDAD DEL VATICANO.— “A través de su servicio diario se convierten en artesanos del encuentro, llevando el calor de la bondad de Jesús a los que entran en la Basílica de San Pedro, a los que necesitan orientación, a los que necesitan una sonrisa para sentirse en casa”, dijo el papa Francisco en su discurso a los miembros de la Asociación de los Santos Pedro y Pablo, a quienes recibió en audiencia la mañana de ayer sábado, con motivo de sus 50 años de fundación. Después de saludar a todos los miembros de esta asociación y a sus familias, el Santo Padre señaló que, es bueno ver que, en este medio siglo de vida, han pasado de ser una “guardia de honor de palacio al honor de estar al servicio de la humanidad peregrina”, dando así un testimonio especial de vida cristiana, apostolado y fidelidad a la Sede Apostólica. Asimismo, el Pontífice resaltó el significado de estos 50 años de historia y lo hizo comentando el título de la revista “Incontro” que la asociación publica frecuentemente. “En el encuentro —afirmó el Papa— siempre hay movimiento. Si todos nos quedamos quietos, nunca nos encontraremos. Este es el criterio que da sentido a su compromiso diario. A través de su servicio diario se convierten en artesanos del encuentro, llevando el calor de la bondad de Jesús a los que entran en la Basílica de San Pedro, a los que necesitan orientación, a los que necesitan una sonrisa para sentirse en casa”. En este sentido, el papa Francisco les quiso dejar algunas indicaciones para el futuro, para que su valioso servicio siga siendo un testimonio para aquellos con los que se encuentran, en un contexto que todavía sentirá los efectos de la pandemia, que resumió en la siguiente exhortación: “Volvamos a empezar con más humanidad, mirando a Jesús, con esperanza en el corazón”. “Empecemos de nuevo. Ciertamente, teniendo en cuenta lo que hemos vivido, teniendo en cuenta que todos hemos cambiado un poco y, espero, mejorado, pero siempre dispuestos a servir según el lema de su asociación: ‘Fide constamus avita’. Perseveremos firmemente en la fidelidad de nuestros padres”, añadió. Otro aspecto que comento el Pontífice fue el de empezar con más humanidad. “Si todos hemos cambiado un poco, es porque nos hemos dado cuenta, a través de lo que hemos vivido, de que lo que realmente cuenta en la vida son las relaciones humanas. Todos sentimos la necesidad de amarnos unos a otros, de vivir más unidos, de escuchar las palabras buenas y alentadoras”.— Vaticannews