Escrito en MÉXICO el
Mario Castellanos, un niño hondureño de 12 años de edad, se ha convertido en imagen de la lucha de quienes participan en la Caravana Migrante que pretende llegar a Estados Unidos. Mario salió el sábado pasado desde San Pedro Sula y en la tarde de ayer quedó en medio de los disturbios que se desataron en un puente en la frontera entre Guatemala y México por el que los caminantes intentaban cruzar. Mario estaba entre los primeros.Según cuenta, un policía lo tomó por el cuello y lo tiró al suelo. Eso le dejó un golpe en el hombro y un raspón. Además también le afectaron los gases lacrimógenos que lanzó la policía mexicana, detalla la BBC en una publicación. "No empaqué nada. Me vine solo con la ropa que tenía puesta. En el viaje uso la ropa que la gente me va regalando. Yo me la voy poniendo y la voy botando, no puedo llevar mucha carga".
"Me querían meter a una pandilla", dice Mario, quien no estudiaba. "Me decían que me metiera, que me iban a pagar bien, pero yo no quería".Dilsia, su madre, recuerda que en algunas ocasiones Mario ya le había dicho que quería irse a Estados Unidos porque allá se podía "hacer un billetal". El niño se fue de la casa sin permiso. Les dijo a sus padres que iría al Centro y no regresó.
Mario, con la esperanza de llegar a Estados Unidos
Pero las horas pasaron y Mario no regresó. Amigas de la madre le avisaron que el menor estaba en en las noticias.También cuenta que en la caravana ya todos lo conocen. "Cada vez que me quiero regresar me echan para adelante", cuenta y ríe."En nombre de Dios, sé que Dios nos va a ayudar a pasar", dice Mario.- Con información de la BBC