Sahatorn Naovaratpong, un científico de Tailandia, decidió congelar a su hija de dos años para que “viviera” algún día. El caso acaparó los titulares en 2015, cuando Matheryn Naovaratpong, conocida como Einz, se convirtió en la persona más joven del mundo en ser preservada por criogenia.
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La niña ya estaba muerta
Con el proceso de criogenia se congelan cuerpos y se busca preservar sus órganos para que puedan resucitarse en el futuro.
¿Por qué volvió a sonar el caso de Einz?
El caso se viralizó porque Netflix lanzó el pasado 15 de septiembre el documental Hope Frozen: A Quest to Live Twice, dirigido y coescrito por la periodista Pailin Wedel, junto con Nina Ijäs.
Pailin y su equipo pasaron dos años visitando a la familia Naovaratpong, quienes dejaron su testimonio en el documental.