A pesar de las restricciones y prohibiciones, los antorchistas guadalupanos se hicieron presentes en las carreteras del interior del Estado.
Numerosos grupos desafiaron los retos nacidos por la pandemia del coronavirus. Por ejemplo, entre Timucuy y Acanceh, varios grupos cumplieron con la promesa del esfuerzo que significa ser "guadalupano".

La fiesta tradicional en honor a la Virgen de Guadalupe que se celebra en Acanceh se suspendió por la pandemia. Sin embargo, no fue suficiente para impedir las carreras antorchistas.
Con cubrebocas, en bicicletas, con luces y sonidos preventivos, jóvenes y adultos recorrieron varios tramos carreteros. Las caravanas fueron mucho menos que antes de la pandemia.