Ronda de opiniones con representantes de diversos sectores en Yucatán con motivo del Día Internacional de la Mujer
MÉRIDA.- Las mujeres en Yucatán enfrentan cada día retos diversos. Varias de ellas llegaron a cambiar las reglas en ámbitos que anteriormente estuvieron dominados por los hombres. Y aunque se desempeñan en sectores distintos, tienen puntos en los que coinciden sin siquiera conocerse.
Todas dijeron haber sufrido acoso o discriminación al menos una vez en la vida. Reconocen la violencia como una realidad presente en la entidad y hacen un llamado para denunciarla, así como a evitar la revictimización en los sistemas de impartición de justicia.
Mujeres representantes de diversos sectores fueron invitadas a participar en una ronda de opiniones con motivo del Día Internacional de la Mujer. Las preguntas fueron las siguientes.
- En el ámbito en que se desempeña, mencione un reto que como mujer ha enfrentado y cómo le ha hecho frente.
- Como mujer, ¿alguna vez ha sufrido discriminación o acoso. ¿En qué caso ocurrió?
- Qué considera que falta por hacer en materia de equidad de género en el estado.
- Con base en sus aprendizajes, qué consejo le daría a otras mujeres.
A continuación, las respuestas de cada una de ellas.
Rocío Quintal López, investigadora en temas de género del Centro “Hideyo Noguchi” de la Uady
Mi mayor reto ha sido que mi trabajo sea valorado y reconocido en un ámbito laboral como es la ciencia. Específicamente la generación de conocimiento científico, que al día de hoy sigue siendo dominado por hombres. Son ellos quienes han puesto las reglas del juego en este ámbito y las mujeres hemos tenido que aprender a jugar con ellas, para gradualmente, conforme hemos ido ganando espacio, prestigio y reconocimiento, irlas transformando.
En mi caso particular, he trabajado para incidir y transformar también gradualmente los ambientes de trabajo, para que sean más seguros, más equitativos, menos violentos y con una real igualdad de oportunidades y condiciones en las prestaciones y licencias laborales; así como en el sistema de reconocimiento a nuestro trabajo de investigación.
Creo que es muy difícil encontrar a una mujer que no haya sido blanco de discriminación y acoso, al menos una vez en su vida, porque vivimos en una cultura que la normaliza e ignora sus efectos. Yo fui víctima de hostigamiento laboral. Otro profesor se dedicaba a descalificar pública y abiertamente mi trabajo como coordinadora.
Denunciar la violencia
Una vez que uno logra dejar de minimizar y justificar la violencia y la nombra como tal, está preparada para denunciarla y eso hice ante la máxima autoridad de mi universidad, que tomó cartas en el asunto.
Nos damos cuenta que en el día a día de las mujeres que vivimos en Yucatán, la ley va por un lado y nuestra realidad por otra. El gran reto es que lo establecido en la ley se vuelva una realidad. Esto requerirá de que el gobierno redoble esfuerzos en medidas estructurales dirigidas a la prevención de la violencia, con mayor énfasis en el interior del estado y con estrategias de tipo intersectorial.
En lo relacionado a la atención de la violencia se requiere erradicar de raíz la violencia institucional, que lleva a que las mujeres desistan de denunciar, que las personas agresoras sigan libres y que el sistema judicial revictimice y criminalice a quienes ya son víctimas. Debe haber un sistema de sanciones ejemplares para todo servidor público que ejerza la violencia institucional y con sus acciones viole las leyes emitidas para proteger a las mujeres de ser víctima de violencia.
Melissa Payró, Mexicana Universal Yucatán
El primer reto que observo como comunicóloga es el cuestionamiento de el cómo debe verse o vestirse una “profesional”, cuando en el caso de los hombres nunca se ha cuestionado. Creo que se colocan encima de las mujeres muchas reglas y normas por cumplir con el fin de “no provocar” al sexo opuesto, cuando la problemática debería ser que el hombre deba controlarse y comportarse de acuerdo con el escenario en el que se encuentre, mismo principio que aplica para las mujeres y que considero desempeñamos mejor. Habría que hacer un switch en ese pensamiento. Como seres humanos y trabajadores se nos debe evaluar de acuerdo a nuestros resultados y aportaciones.
Sobre la situación de acoso sufrida, en el estacionamiento de una plaza comercial pedí ayuda al “guardia de seguridad” para que pudiera alzarme la banda de salida (no había más personas en el lugar), a lo que el accedió, no sin antes decirme que le pagara con un beso. Claramente me molesté. Se colgó de la ventana de mi auto, sin embargo empecé a avanzar y se quitó. Al ver que ya no bajaría de mi auto por fin accedió a dejarme salir del estacionamiento.
Reporté esta situación con las autoridades de la plaza. Revisaron las cámaras, pero lastimosamente su respuesta fue que en ellas no se proyectaba “ninguna situación de acoso”, solo porque no me tocó y no se escuchó todo lo que me dijo. El caso no procedió a más. Una pena y una mala experiencia que me quedó. Lección para ser más precavida y “protegerme”.
Mujeres como líderes de equipos
Creo que no se debe demeritar ninguna situación solo porque no ha llegado a golpes. Con mensajes y palabras amenazantes o que sobrepasen nuestros límites deberían ser suficientes para que se tomen en cuenta. Así considero que ningún hombre se tomaría la libertad de agredir a una mujer. Por otro lado en temas laborales, creo que se ha dado oportunidad a mujeres en temas de liderazgo de equipos, puestos importantes, sin embargo falta aún más, ya que la mujer es igual de capaz y la estadística está aún muy por debajo.
A otras mujeres les aconsejo que siempre expresen lo que sienten, sus ideas y sus inquietudes con alguna situación. Nunca sabremos si algo pudo ser diferente y sobre todo si en algo podemos ayudar a otras mujeres, para a que exista un cambio. El miedo debe quedar atrás. Ya existe una red muy grande de apoyo entre mujeres y es momento de hacer uso de ella, de seguir siendo ejemplo de sororidad y darnos el lugar que merecemos en la sociedad. No exigimos más que respeto y oportunidades.
María Carolina Canto Valdés, magistrada presidente del Poder Judicial de Yucatán
Las mujeres enfrentamos retos todos los días, lo importante es continuar trabajando y ayudándonos para posicionarnos en los lugares que nos corresponden. Particularmente está el hecho de que consideren que una mujer que no tiene hijos se equipara a un hombre, dando por sentado que si fuera una mujer con hijos, no podría cumplir con el trabajo pues tendría que dedicarle tiempo al hogar y los hijos.
He sufrido el clásico acoso callejero. Es reprobable que las mujeres tengamos que vivir continuamente con ese temor de salir a la calle y ser acosadas con miradas, palabras, sonidos o peor aún con tocamientos no autorizados.
En Yucatán falta reforzar el conocimiento y la aplicación de las nuevas masculinidades. Es importante que los hombres cada vez más sean nuestros aliados, que junto con ellos rompamos con la cultura del machismo y con todas las formas de violencia contra la mujer. Toda acción de prevención es oportuna.
El consejo para otras mujeres: “Que no permitan que la violencia apague sus sueños, que no se queden calladas, que denuncien a sus agresores. Que cada mujer sea lo que quiera ser, que no cedan ante los prejuicios y estigmas que les rodean”.
Geisell Valdez González, presidenta de la asociación Gente Pequeña
Mi principal reto como mujer era poder desempeñarme laboralmente e independizarme. Estudié la licenciatura en Diseño de Interiores y al terminar la carrera me enfrenté con muchos obstáculos, ya que por mi condición (acondroplasia) no me daban la oportunidad de ejercer. Toqué muchas puertas sobre mi área y no se me dio la oportunidad.
Sin embargo, no me di por vencida y en una escuelita me dieron la oportunidad de laborar en el área administrativa. Estuve ahí cinco años laborando y en ese entonces inicié una agrupación de Gente Pequeña. Ya llevo 11 años con ella. Actualmente laboro en el DIF Estatal como secretaria de un departamento, lo cual me ha ayudado a crecer como persona y me ha dado la oportunidad de aprender muchas cosas.
La discriminación hoy día se presenta en muchas partes, hace falta mucha cultura y empatía de la gente. Por mi condición suelo llamar la atención. Sé que por falta de conocimiento sobre mi condición ( “persona de talla baja”) suelen señalarme, pero no es algo que me haya impedido salir a la calle o desenvolverme, al contrario, les demuestro que soy una persona como todo ser humano con algunas limitantes, pero capaz de poder realizar muchas cosas.
Falta una cultura de igualdad en los ámbitos laborales, sociales y deportivos, con la oportunidad de desempeñarnos en los que más destaquemos; así mismo ejercer nuestros derechos políticos, donde nuestras voces sean escuchadas y valoradas. Fomentar la participación equitativa en todas las escuelas y de ahí empezar a crear esa cultura de respeto.
El consejo. Que nada ni nadie nos intimide para alcanzar nuestras metas y sueños, como persona con una condición diferente he tenido que enfrentarme a muchas situaciones. Sin embargo, día a día sigo luchando por alcanzar mis objetivos y metas. Uno de mis mayores temores era saber si podría conducir un auto y hoy en la actualidad, con mis esfuerzos y apoyo de mi familia tengo mi propio vehículo y puedo conducirlo. Ha sido uno de mis mayores logros.
Claudia González Góngora, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados de Yucatán
En México y Yucatán la industria gastronómica tiene rostro femenino, ya que el 60% del personal que labora en restaurantes son mujeres, que todos los días crean la herencia culinaria de nuestro estado.
Hemos enfrentado retos únicos, algunos de los cuales incluyen brecha y estereotipos de género, equilibrio entre trabajo y vida personal, falta de modelos a seguir , sexismo y acoso. Hemos trabajado arduamente para ganarnos el respeto y la confianza de colegas y clientes, y demostrado que el género no debe ser un obstáculo para alcanzar el éxito.
Al igual que miles de mujeres, en algún momento viví discriminación y también enfrenté un episodio de acoso y violencia por parte de una persona que fue cercana a mí. Para una mujer es muy difícil aceptar que vives con violencia en una relación de pareja, porque primero debes entender que existe y dejar de normalizar conductas que pueden parecer inofensivas.
Quien hemos vivido violencia y denunciamos, no sólo debemos enfrentarnos a un proceso legal para alcanzar la justicia, sino también a la constante batalla contra las heridas invisibles en nuestra mente y corazón.
Mujeres que sufren en silencio
Todo cambió el día en que decidí romper el silencio y el miedo y denuncié. Me di cuenta de que no estaba sola, que había otras mujeres que habían pasado por lo mismo que yo. Decidí que no podía quedarme callada y que tenía que alzar la voz, no solo por mí misma, sino por todas las mujeres que sufren en silencio.
Leer. 8M, Día Internacional de la Mujer: ¿Dónde habrá marchas en Yucatán?
Es fundamental implementar programas educativos en todos los niveles para promover la igualdad de género y concientizar sobre la violencia de género. Además, es crucial continuar garantizando el acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia de género, a través de instituciones especializadas, para que así tengan acceso a sistemas de justicia sensibles a sus necesidades y experiencias. Esto implica fortalecer la política actual y no retroceder en lo avanzado.
También se debe seguir fomentando la participación activa y equitativa de las mujeres en iniciativas privadas y públicas de Yucatán. Esto incluye garantizar nuestra representación en cargos de liderazgo y toma de decisiones, así como eliminar barreras y estereotipos de género en el ámbito empresarial y político.
Más que consejo, les diría a otras mujeres que nunca duden de su valía y su capacidad para alcanzar sus metas personales y profesionales. Es importante creer en sí mismas y en su potencial, y no dejar que los obstáculos o las opiniones de otros las desanimen. Siempre estamos a tiempo de buscar ayuda, de emprender, de crecer y de soñar.
Ilse Arjona Manzanero, periodista
En nuestra sociedad hay expectativas a menudo irrealistas de cómo debe comportarse una mujer. Constantemente se me dificulta expresar mis ideas mientras camino en la delgada linea de decir mis puntos de vista con firmeza sin sonar autoritaria y de ser conciliadora para buscar acuerdos sin parecer sumisa o débil.
Me ha ayudado el contar con un gran equipo de trabajo, pero no es el caso de todas las mujeres, especialmente aquellas que están en altos cargos y hay una fuerte competencia por el poder. Creo que es bueno fomentar la participación de las mujeres en todos los ámbitos y valorar los aportes que pueden hacer al traer su visión particular.
Durante la secundaria y preparatoria constantemente notaba en la hora de entrada y salida a hombres mayores en los alrededores, lanzándonos miradas y gestos obscenos a mis compañeras y a mí, cosa que también ocurría mientras nos dirigíamos a casa. Es lamentable que desde pequeñas e incluso en espacios supuestamente seguros seamos blanco de ese tipo de violencia. Tampoco ayuda que en casa la lección sea “no te vistas de esta forma”, “no hagas esto”, “no salgas a esta hora”, comportarnos siempre a la defensiva en vez de que se combatan estas conductas inapropiadas.
Aunque desde el gobierno se mencionan varios programas y acciones institucionales para combatir los casos de violencia, creo que hace falta reforzar el sistema judicial para garantizar que cuando una mujer denuncie, sepa que las autoridades sí harán algo y que no habrá impunidad.
También me parece importante acercar la información y apoyos sobre la violencia de género a aquellos sectores que han sido marginalizados o invisibilizados por el Estado, como son las mujeres de escasos recursos, las pertenecientes a comunidades indígenas, las que padecen alguna discapacidad e incluso las mujeres LGBT+, todas ellas también pueden ser víctimas de violencia de género y es clave que tengan acceso a la justicia, que sepan a quién pueden acudir para encontrar apoyo.
El consejo. Como mujer a menudo recibirás comentarios de que “estás exagerando”, “tu caso no es tan grave”, “sólo pasó una vez”, “esto cambiará”, “pudo ser peor”, pero es fundamental que mantengas lazos fuertes con tu familia y amigos. Una mujer que no tiene una red de apoyo es más fácil de derribar, de ser parte de las terribles estadísticas que azotan a Yucatán. Si en algún momento sientes que algo no está bien, confía en tu intuición y pide ayuda. Y si no ocurre nada, sigue sin callarte. Por ti y por aquellos que quieres y te quieren.
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