Con un partido menos —no adelantaron su partido de la fecha nueve— los Rayados de Monterrey saldrán a mantenerse en el grupo principal del Torneo Clausura 2024 de la Liga MX, cuando visite a los Bravos de Ciudad Juárez en la octava fecha.
El Monterrey suma una marca de cuatro victorias y tres empates (junto al Necaxa los únicos invictos del campeonato) antes de su visita a Ciudad Juárez. Si Rayados, cuarto con 15 puntos, vence al cuadro fronterizo, escalará a la segunda posición desplazando a los Tuzos del Pachuca del subliderato de la clasificación.
“Considero que Juárez tiene buenos jugadores, aunque no lo diga su posición en la tabla. Ha hecho buenos partidos, es un rival a respetar en su cancha y nosotros debemos ir a hacer nuestro juego”, comentó Fernando Ortiz, entrenador de Rayados.
Juárez, por su parte, se encuentra en el sótano de la tabla general, aunque con solo seis partidos jugados.
De los últimos duelos disputados en cancha fronteriza entre los de la Sultana del Norte y los Bravos se han repartido los puntos; Juárez acumula tres victorias, aunque han sido derrotados en dos ocasiones.
Pero Rayados depende de otros resultados.
Pachuca, sublíder, también tendrá actividad hoy, cuando visite al Necaxa, el otro invicto del torneo. Los Tuzos tienen 18 unidades y podrían recuperar la cima del campeonato, en espera de lo que pueda hacer mañana el Cruz Azul ante América.
Puebla y Querétaro también se ven las caras hoy.
“Un delincuente”
El uruguayo Robert Siboldi, entrenador de los Tigres, aseguró que las críticas que desencadenaron su “presunta conducta violenta” contra Willer Ditta, lo hicieron sentir como un delincuente.
“En la semana me hicieron parecer un delincuente que se tenía que ir a la cárcel de El Salvador, acusándome como si hubiese matado a alguien en un partido. ¿Por qué se hizo esta película y se inventaron cosas? Me siento triste y en deuda, pero con mi afición e institución”, explicó en una rueda de prensa.
Al final de este duelo se generó una trifulca en la que Siboldi posiblemente le soltó una patada por la espalda a Ditta, por la que el técnico fue sancionado por la Federación Mexicana con tres partidos de suspensión.
“Quiero que quede bien claro que nunca quise agredir a nadie. Mi postura desde que empezaron los forcejeos fue de intervenir para separar y calmar. Mi error es meterme, no debí de haber salido de mi zona e invadir la cancha”, añadió.— EFE