Las corridas que anteceden a la semana grande de la Feria de Abril, salvo una, hasta ahora, están poniendo al toreo muy alto. Sevilla está llenándose de toreo caro, de toros de calificaciones aprobadas y de aficionados que son de todo.

Bueno, casi en todo.

Ayer, Daniel Luque, torero que creció cerca del albero de la Real Maestranza de Caballería, se llevó una Puerta del Príncipe que a algunos pareció exagerada, pero que tuvo muchos motivos para que le sea concedida.

Porque Luque toreó, y toreó bien, eso que ni qué. Pero tuvo que ver el hecho de que al torero de casa, de los que más suena, le haya dejado fuera la figura del momento, Roca Rey, para la corrida de Domingo de Resurrección. En parte, esto influyó para que los aficionados sevillanos estallaran en júbilo para premiar a Daniel con las dos orejas del sexto de una corrida de toros que también tuvo sus bemoles con la materia prima: el toro.

Fue una tarde de cinco orejas la de ayer en la Maestranza, justo después del petardo ganadero de los de Juan Pedro Domecq. También el de ayer fue un encierro que cautivó por su embestida, pero que tuvo una presencia pobre. La mayoría de los seis toros de la dehesa de Núñez del Cuvillo fueron apenas justos de presencia, lejos de lo que a otros hierros la autoridad les exige.

Y hubo toreo muy bueno, de aroma, como el de Diego Urdiales al que abrió plaza. Mucho sentimiento en el quehacer taurino del diestro riojano, como también el mostrado por un Alejandro Talavante sólido, con capote y muleta.

Llegaron al ecuador de la tarde con una oreja en cada esportón y posibilidad de Puerta del Príncipe, y fue bajando el tenor por el empaque de los toros, y todo se remedió con el cierra plaza lidiado por Luque, que, cuidadoso, dejó al toro reposar, y cuando descansó, lo pasó por izquierda y derecha bien asentado. La estocada fue de cañonazo y el animal cayó, pidiendo el público las dos orejas y garantizando la Puerta del Príncipe.

La primera semana de la Feria de Abril tendrá un punto clave hoy: Roca Rey, con Manuel Escribano y Borja Jiménez, con astados de Victorino Martín. Le llaman la “gesta de Roca Rey” porque nunca ha toreado victorinos. Pero, tras lo de ayer de Luque, y tras lo de Resurrección, ¿Cómo recibirán al emperador inca los aficionados andaluces?— Gaspar Silveira

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