
Los caminos en el deporte, como todo en la vida, parten de sueños e ilusiones que nacen desde la niñez. Y esa sensación dejaron, en unión sólida, trabajando en equipo, seis destacados atletas infantiles junto con sus padres, durante la tradicional visita a Diario de Yucatán con motivo de la Navidad.
Regalo de padres, recibir de sus hijos entrega y sacrificio; obsequio de hijos a sus progenitores y sus familias: agradecerles con todo el esfuerzo posible.
Siempre es un privilegio tener en esta casa editorial a los chicos maravilla del deporte. Seis nos acompañaron en esta víspera de las fiestas navideñas, conscientes, así lo dijeron, de ser los representantes de otros más que, día a día, sudan, sufren y dan su máximo esfuerzo para ir adelante.
No todos, lo aceptan, van a llegar a la tierra prometida con lo que hoy sueñan, pero el deporte les está dando una coraza especial, que, en el camino que es largo, puede permitirles crecer con disciplina, lejos de malos pasos. Primero y siempre, personas de bien.
Kaira Benítez Herrera, karateca; Íker Ceballos Méndez, beisbolista; Elisa Novelo Evia, de gimnasta rítmica; Eugenia Espinosa Castellanos, patinadora sobre hielo, y Pedro Damián Canul Facundo, pesista, hablaron de lo emocionante que es luchar en sus distintas disciplinas, pero se dijeron responsables (a pesar de ir apenas entre 11 y 13 años), de lo que significa para sus familias verles sacrificarse y, cuando se puede, disfrutar el triunfo.
A estas citas anuales han llegado niños que luego escalaron a la élite del deporte o son consumados profesionistas. En sus cartas a Santa quieren salud, algunos implementos para su deporte, y regalos, pero, ante todo, que sus familias puedan abrazarles hoy en Nochebuena y siempre. Puede ser, dijeron, el mejor de todos los regalos que reciban.
Porque eso, coincidieron también tanto deportistas como sus familiares, es lo que alimentará el espíritu para lo que viene. Los triunfos, medallas, títulos individuales y convocatorias a selecciones que tienen en su palmarés de este 2024 pretenden revalidarlas de cara a un 2025 que se muestra expectante ante tanto talento, suyo y de otros niños y niñas que, como ellos, sueñan desde ahora pensando en llegar lejos en la vida.
Unidos, tras la gloria
Los tiempos se van volando y las épocas cambian.
Por lo tanto, ya no asombra ver que un niño o niña de 11 años tenga una convocatoria a selección nacional, o que con 12, ya se tenga un título de cinta negra, o que alguno de 13 piense en que necesita complementos alimenticios para mejorar su nutrición, que otros quieran ser, si no profesionales en su deporte, sí pueda ser fisioterapeuta o que a esa edad puedan ser los máximos medallistas en los Nacionales.
Lo que también cambia es la dinámica del entorno de cada familia.
Así son las de Íker Ceballos Méndez, beisbolista; Kaira Benítez Herrera, karateca; Elisa Novelo Evia, gimnasta de rítmica; Eugenia Espinosa Castellanos, patinadora sobre hielo, y Pedro Damián Canul Facundo.

Si ellos tienen deseos de llegar lejos, en su especialidad y en la vida, saben que es con sus padres al lado que lo podrán lograr, como señalaron ayer durante una amena reunión con motivo de la Navidad en Diario de Yucatán.

Y sus padres, algunos como Eugenia, cuyo progenitor (Patricio Espinosa Ongay fue un consumado tenista, campeón nacional), y ahora es entrenador, están enfocados en ir en el mismo carril. Kaira es cinta negra primer dan porque su madre, Genny Herrera Cortés, le inculcó la práctica del karate desde sus primeros pasos y ahora lo practican juntas, también sabedora de que, en ese arte marcial, lo más importante es la formación de la persona.

“Si él quiere, como creemos que todos los papás piensan, nosotros solamente estamos para poder apoyarlo en sus sueños, que son también ilusiones nuestras”, dice Mario Ceballos Bojórquez, papá de Íker, seleccionado de béisbol.

Marina Carrillo Trejo tiene 11 años y ya fue convocada a una selección nacional.
“Nunca imaginamos que pudiera pasar, y menos que sea tan pronto… Es una niñita, pero va creciendo con el fútbol”, señala Héctor Gamaliel Carrillo Uc, que también jugó fútbol y es entrenador.

Ni se diga en la familia de Elisa Valentina, pues su hermana Jaidy es seleccionada mexicana en la misma gimnasia rítmica, en conjunto.
“Disfrutamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que ellos puedan lograr sus objetivos”, coinciden sus padres José Novelo Cabañas y Priscila Evia Navarrete.

Si hay duda de lo que es sacrificar camino al éxito, lo dijo en la reunión de ayer en el Diario con su hermano Pedro Damián, Mauricio Canul Facundo, medalla de bronce en la halterofilia de los Juegos Olímpicos Juveniles en 2018 en Buenos Aires, Argentina: “El esfuerzo es grande, y apoyo en mi hermano porque sé lo que significa entrenar y trabajar fuerte, he probado lo que tiene que hacerse para llegar lejos”, afirma el pesista de Dzibikak.
Y si la familia está del lado del hijo o hermano deportista, sin duda será mejor el camino. Y en esta época de regalos, de mucho sentido de esperanza e ilusión, vale hacer reflexiones.
“Es un verdadero regalo el ver a tus hijos practicar algún deporte. Eso les dará, además de una mejor calidad de vida, una mejor perspectiva de lo que es el trabajo y el esfuerzo para alcanzar sus metas”, comenta Espinosa Ongay.
Sin duda. En equipo puede ser mejor todo para llegar a la meta. Lo podrá ver, lector, en la siguiente entrega especial, el 31 de diciembre, con los deportistas de élite.

















































