Macedonio Martín Hu (*)

“Los indios, que son más de la mitad de nuestra población, se ocupan poco de política. Están acostumbrados a guiarse por aquellos que poseen autoridad, en vez de pensar por sí mismos. Es ésta una tendencia que heredaron de los españoles, quienes les enseñaron a abstenerse de intervenir en los asuntos públicos y a confiar ciegamente en la guía del gobierno. Sin embargo, yo creo firmemente que los principios de la democracia han crecido y seguirán creciendo en México”, señala Fernando Benítez

En “México: del Antiguo Régimen a la Revolución”, Francois Xavier de la Guerra, señala: “A diferencia de un buen número de hombres políticos y sobre todo de los dictadores, Porfirio Díaz cayó poco en el nepotismo, y la influencia de su familia sobre él fue limitado”.

Al estallar la Revolución Mexicana, con los Acuerdos de Ciudad Juárez, que fue firmado entre representantes del dictador y los de Francisco I. Madero, Porfirio Díaz se vio obligado a presentar su renuncia, fue nombrado como presidente interino al secretario de Relaciones Exteriores, Francisco León de la Barra, éste ordenó el desarme, la desmovilización de las fuerzas maderistas para evitar la radicalización de la propia Revolución y la organización de nuevas elecciones.

“El 25 de mayo de 1911 renunciaba Porfirio Díaz y el 26 se exiliaba a Francia. El 7 de junio entraba triunfalmente Madero a la Ciudad de México. Para las fuerzas burguesas, la Revolución había terminado. Mientras tanto, los campesinos comenzaban la Revolución. Con Emiliano Zapata al frente”, indica Adolfo Guilly.

A pocos días de su renuncia, sumido en la nostalgia, don Porfirio, se embarcó rumbo a Francia, en el buque carguero alemán “Ypiranga”. Al inicio del viaje se propaló que el general dijo estas palabras: “Guardo este recuerdo en lo más íntimo de mi corazón y no se apartará de él mientras yo viva”.

El viaje del dictador fue sin retorno. El 2 de julio de 1915, el exdictador falleció en territorio francés, sus restos yacen en una capilla del panteón Montparnasse de París. Desde entonces, muchas personas se han pronunciado porque se traigan sus restos a México.

“La idea rectora de la ideología porfirista es la idea del ‘Orden y Progreso’. Esta idea está en la base de la concepción económica de la política y de la moral impuesta por el régimen del general Díaz. En las nuevas elecciones triunfó la fórmula: Francisco I. Madero y José María Pino Suárez”, dice Arnaldo Córdova.

“Francisco I. Madero era un hacendado algodonero y miembro de una familia empresarial, era partidario de la propiedad privada de la tierra. Capitalista, defensor del liberalismo, no confiaba en la propiedad comunal agraria y sostenía que lo óptimo para el país, sería construir un sistema dominado por pequeños y medianos propietarios, junto con hacendados eficientes y modernos”, apunta Javier Garcíadiego.

Comparación

Friedrich Katz, en “Revuelta, rebelión y evolución”, afirma: “Una de las mejores maneras de entender por qué la gente se subleva es comparar a aquellos que lo hacen con aquellos que, bajo circunstancias parcialmente similares, no lo hacen”.

En México se dio en 1910, el movimiento social más importante de América Latina. Empero, a 113 años de la gesta revolucionaria, un buen porcentaje de la riqueza nacional está en manos de un reducido número de familias; en el país más de 45 millones de mexicanos sobreviven en situación de pobreza. La paradoja: mexicanos como Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, María Asunción Aramburuzabala, y Carlos Hank Rhon están entre los 10 hombres más ricos de México.

Francisco I. Madero difundió sus ideas sobre la libertad y la democracia en su libro: “La sucesión presidencial en 1910”.

Madero identificó que los problemas fundamentales de México son: el absolutismo, la corrupción y el poder irrestricto de un solo hombre.

En la dictadura porfirista se apostó a las reglas del liberalismo económico y se favoreció las inversiones extranjeras. Tamara Hovey, en “Jhon Reed: Testigo de la Revolución”, señala: “El ejército porfirista al mando de Victoriano Huerta, representaba la arrogancia y el terror, lo apoyaban los terratenientes inmensamente ricos para los cuales habían trabajado los peones mexicanos en condiciones semifeudales”.

Madero, el “Apóstol” de la democracia, ocupó la Presidencia a finales de octubre de 1911. Su mandato terminó violentamente en febrero 19 de 1913, con el Pacto de la Ciudadela o Pacto de la Embajada, acuerdo que se firmó en las instalaciones de la representación diplomática de los Estados Unidos de América. La rebelión que acabó con la vida de Madero y Pino Suárez la encabezó el general Victoriano Huerta.

Sería plausible que, en las escuelas de Yucatán, se emprenda una cruzada para promover el estudio de la historia para conocer la historia de México y fortalecer los principios de la democracia en México. Lección histórica: La Revolución Social Mexicana de 1910.—Mérida, Yucatán

chilambalam945@hotmail.com

Maestro de la Universidad Pedagógica de Mérida

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