En un sector del sur meridano y algunas comisarías de ese sitio continuó la jornada electoral con aparente tranquilidad, al menos, no hubo reportes de disturbios graves, excepto el “acarreo”, la supuesta compra de votos y la presión de grupos de personas hacia quienes acudían a las urnas a sufragar.
Luego de la apertura de casillas con cierto retraso, la situación continuó similar en las siguientes horas y el ambiente no evitó que personas de la tercera edad, e incluso, discapacitados, acudan a la mesa de recepción de votos.
“Mi hermano está discapacitado, tiene parálisis cerebral, pero cada vez que hay elecciones nos pide que lo traigamos a votar”, fue uno de los comentarios de Blanca Tun Itzá que en silla de ruedas trasladó a su hermano Juan Andreí a la casilla instalada en una escuela de Tzacalá, en los límites del municipio de Mérida.
El denominador común continuó con el traslado de votantes originarios de subcomisarías donde no se instalan casillas.
En colonias de Mérida, siempre en un sector del sur meridano, la afluencia de votantes fue regular y sin mayores incidentes.- Megamedia.