El nuevo disco de la cantante, “30”, ya está a la venta
CIUDAD DE MÉXICO.— La última vez que Adele lanzó nueva música, hace seis años, fue ese tipo de éxito que muchos en la industria musical pensaban imposible.
Su tercer álbum, “25”, vendió casi 3.4 millones de copias en una semana en los Estados Unidos, destrozando récords en momentos en los que las ventas de los CD venían a la baja y el “streaming” aún no demostraba que sería el salvador del negocio.
Su nuevo lanzamiento, “30”, que apareció ayer, seguramente será otro éxito comercial, aunque nadie sabe qué tan grande.
El sello de Adele, Columbia, guarda silencio sobre sus estimaciones de ventas. Pero el rumor en el negocio es que la cifra de “ventas equivalentes” del disco (una nueva métrica que reconcilia la compra de discos con clics canción por canción en línea) superará con facilidad 1 millón en su primera semana, y podría ir más alto.
Ningún disco lo ha conseguido desde “Reputation”, de Taylor Swift, hace cuatro años. De hecho, desde que “25” fue lanzado a finales de 2015, solo cuatro títulos más (tres de Taylor Swift, y uno de Drake) han tenido más de medio millón de ventas de álbumes completos en una semana.
Sin embargo, informes en publicaciones comerciales de música sugieren que ventas mayores a 500 mil copias de 30, tan sólo en vinil, son factibles.
Una ola promocional de alto perfil significa que la audiencia de Adele está completamente preparada.
El domingo, CBS emitió “Adele One Night Only”, un concierto en horario especial, intercalado con fragmentos de una entrevista con Oprah Winfrey, que atrajo a 10.3 millones de espectadores, apenas por debajo de la audiencia del Óscar.
Unas semanas atrás, Vogue publicó portadas con Adele en sus ediciones británica y estadounidense.
“Su base de fans es increíblemente amplia”, dijo Hannah Karp, directora editorial de la revista Billboard. “Todavía compran discos, todavía escuchan radio”.
Adele, londinense de 33 años que se ha establecido en un exclusivo enclave en Los Ángeles (donde a veces se le ve con su novio, el agente deportivo Rich Paul), es el más raro de los unicornios musicales. Uno que obtiene no sólo éxitos que acaparan los titulares, sino uno que lo hace después de años de inactividad, casi silencio, una contradicción a caso cada regla no escrita de conducta de las estrellas pop, que en estos días implica una actividad constante en redes sociales.