En una amena velada, llena de música y anécdotas, anteayer se develizaron los óleos del compositor Enrique Galaz Chacón y el poeta, periodista e historiador don Carlos R. Menéndez González, en el Museo de la Canción Yucateca, en Mejorada.

Menéndez González y Galaz Chacón son autores de “Madrigal”, primer bolero mexicano, que se compuso y estrenó en agosto de 1918, en la hacienda Cacao, en Abalá. La letra es de Carlos R. Menéndez, director fundador del Diario, y Enrique Galaz le puso música.

Elena Fernández Moral, presidenta del Museo de la Canción Yucateca, dio la bienvenida a los invitados antes de dar paso a la develización de los óleos, que pintó Alonso Gutiérrez.

Estuvieron presentes, por la familia de don Carlos, su nieta Lucía Acevedo Menéndez, y por la de Enrique Galaz, su sobrina Margarita Pérez Galaz.

Loreto Villanueva Trujillo, secretaria de la Cultura y las Artes de Yucatán, dio un mensaje a la concurrencia, en el que manifestó su admiración por los homenajeados.

Reconoció la dedicación de los dos creadores y el hecho de que ahora ya son parte de la memoria viva de la música yucateca.

Posteriormente, Enrique Martín Briceño, presidente de la Sociedad Artística “Ricardo Palmerín”, presentó las semblanzas del compositor y el poeta, y relató detalles de la creación del bolero “Madrigal”.

“Hoy ingresan en la galería del Museo de la Canción Yucateca dos personajes que indiscutiblemente merecían un lugar en este espacio de consagración, pues a ellos se debe la canción que desde 2018 se ha reconocido como el primer bolero compuesto en nuestro país. Este bolero, según lo contó Gerónimo Baqueiro Fóster, fue compuesto por el trovador Enrique Galaz ‘en la fiesta que se efectuaba en la hacienda Cacao […] Los versos los tomó del primer libro de poesías ‘Amorosas’ de Carlos R. Menéndez. La composición tuvo el título de ‘Madrigal’, con dos cuartetas’. Y Galaz la creó según el modelo del bolero cubano: dos secciones, con el cinquillo cubano bien presente tanto en la melodía como el acompañamiento”.

Dijo que es probable que en algún momento, el poeta y periodista Menéndez haya escuchado su “Madrigal” interpretado por el dueto que formó Galaz con su amigo Augusto Ponce Escalante, una mancuerna que en los años veinte realizó exitosas presentaciones en Mérida, Ciudad de México y otros puntos de la República. Menéndez, nacido en 1872, era 25 años mayor que el trovador y en el momento en que nació la canción tenía 46 años.

Contó que la trayectoria como poeta de don Carlos R. Menéndez incluía el poemario “Amorosas”, con prólogo de José Peón Contreras, publicado en 1902, y premios en los Juegos Florales de Mérida de 1903 y 1907, y en los Juegos Florales de Zacatecas de 1906. No obstante, su vocación más firme era el periodismo, en el que había destacado por la consecuencia de sus ideas y su defensa de la libre expresión. En este ámbito, su ya larga carrera incluía la jefatura de redacción y dirección de La Revista de Mérida, entre 1895 y 1911, y la fundación en 1912 de La Revista de Yucatán, cuya línea editorial lo llevó a prisión y al exilio entre 1914 y 1916.

El año en que se creó “Madrigal”, Menéndez daría a la luz de nuevo a La Revista de Yucatán, cuya segunda época se vio truncada en 1924 por un atentado. Indoblegable, al año siguiente fundó Diario de Yucatán, que está ya cerca de cumplir un siglo.

Fuera de Mérida

Martín Briceño señaló que por aquel tiempo Galaz ya era parte de la pléyade de trovadores yucatecos que difundían en México y Estados Unidos las nuevas canciones nacidas en suelo peninsular. En 1921, fue parte de la delegación yucateca que participó en Ciudad de México en la celebración del centenario de la consumación de la Independencia, al lado de Ricardo Palmerín, Pepe Sosa, Pepe Martínez y otros.

Sus canciones “Para no darme cuenta de la vida”, con versos de Julio Flórez; “Esquiva” y “Playas de Telchac”, con letra de Ermilo Padrón López, así como “No me olvides” y “Quiero”, grabadas por Guty Cárdenas, se llegarían a cantar mucho más allá de la Península.

“Sobre Galaz, el folclorista Rubén M. Campos escribió: ‘Sus canciones tienen una poesía y una elegancia ingénitas. Están revestidas con el ropaje del arte, percibido por su oído fino y educado en la audición constante de la música vernácula, estilizada por él mismo’”.

Recordó que el músico yucateco se fue a radicar a Tijuana alrededor de los años 30, y en la visita que hizo a Yucatán en 1968 trajo consigo la grabación que hizo en Tijuana de varias de sus canciones, entre ellas “Madrigal”. No la pudo escuchar Carlos R. Menéndez, pues falleció seis años antes.

“No sabemos si el periodista tenía presente ese bolero que, hasta donde sabemos, es la única canción con versos suyos”.

“Creo que, sin que lo sospechara el poeta ni se lo propusiera el trovador, responde a la pregunta que se hace el primero en el pórtico de su poemario: ‘¿Qué suerte cabrá a este humilde libro, frágil barquichuelo que navegará por el proceloso océano del mundo literario, tan lleno de bajos y arrecifes…’. Gracias a uno de los poemas recogidos en él, impulsado por la música que hace algo más de un siglo le dio un joven trovador nacido en Hunucmá, ese barquichuelo ha llegado a este puerto, desde donde, estoy seguro, tomará nuevas rutas”.

Luis Pérez Sabido, presidente emérito de la Sociedad Artística “Ricardo Palmerín”, declamó los poemas “Esquiva” de Emilio Padrón López y “Para no darme cuenta de la vida” de Julio Flórez. Cerró su participación con un poema que escribió en homenaje a Galaz, en el que habla sobre el autor y su trayectoria.

La velada continuó con la música del trío Itzá, que dirige Admigael Cahum Uh y que interpretó la versión clásica de “Madrigal”, así como “Quiero”, “Esquiva”, “Golondrina viajera” y “Aires del Mayab”. Sergio Cámara Gurbiel declamó el poema de don Carlos R. Menéndez que sirvió de base al bolero, como también “Rima”, “Ruego”, “Mis versos” y “Fe”, de la autoría del periodista y contenidos en “Amorosas”.

Tocó el turno a la Orquesta Típica Yukalpetén, que bajo la batuta de su director, Pedro Carlos Herrera, interpretó “Madrigal” en versión orquestal. La agrupación tocó asimismo “Esquiva”, “Playas de Telchac”, “Peregrina” y “Para no darme cuenta de la vida”.

Para cerrar la velada por todo lo alto, la orquesta interpretó “Guachapeo”, una alegre jarana que contagió con su ritmo a los espectadores. En el evento se contó con la asistencia de la alcaldesa de Hunucmá, Edna Marisa Franco Ceballos; Gabriel Rivera Delgado, historiador de Baja California, donde se ha recopilado gran parte de la información sobre Galaz; Irving Berlín Villafaña, director de Cultura del Ayuntamiento, y familiares de don Carlos R. Menéndez (además de Lucía, también su hermana Marisa, hijas de doña Gila Menéndez Romero de Acevedo y su esposo el abogado don Joaquín Acevedo Ruiz del Hoyo, y bisnieta Alejandrina Acevedo Vales, hija de Joaquín Acevedo Menéndez) y de Enrique Galaz (además de Margarita, sus nietas Gladys Flores Pérez y María Acereto Escoffié).— IRIS CEBALLOS ALVARADO

Aquí la interpretación de “Madrigal”

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Letra de la canción “Madrigal”

Dicen que en la pupila del que ha muerto
la última imagen retratada queda,
como el divino rostro de una hermosa
en la delgada cartulina tersa.

Si eso es verdad, cuando me esté muriendo
clava en mis ojos tus miradas tiernas,
para tener dos astros que me alumbren
en mis noches debajo de la tierra.

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