LONDRES (EFE).— Cañonazos disparados cerca del Palacio de Buckingham y un mensaje del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en el que se destaca el “sentido del deber” de Carlos III, marcaron ayer el primer aniversario de la coronación del monarca británico y de su esposa Camila en la Abadía de Westminster.

Desde el céntrico parque de Green Park, la Tropa Real de Artillería a Caballo disparó 41 salvas de cañón, como es habitual en el cumpleaños del jefe de Estado y de otros momentos destacados en el Reino Unido.

Carlos III, que sucedió a su madre Isabel II a la muerte de ésta el 8 de septiembre de 2022, fue coronado por Welby en una ceremonia especial efectuada el 6 de mayo de 2023, a la que asistieron soberanos y otros dignatarios extranjeros, en lo que fue la primera coronación de un monarca del Reino Unido desde junio de 1953.

Con motivo de este aniversario, el primado de la Iglesia de Inglaterra resaltó, en un mensaje divulgado ayer, la responsabilidad asumida de Carlos III, quien regresa poco a poco a sus compromisos públicos después del diagnóstico de un cáncer no especificado, como se ha informado.

Welby subrayó que coronar a Carlos III fue el “privilegio de su vida” y destacó “la franqueza del rey al compartir su condición”, algo con lo que deja clara “su voluntad de ayudar y apoyar a los demás”.

“Al cumplir un año desde la coronación del rey Carlos III y la reina Camila, celebramos su servicio y damos gracias por su contribución a la vida de nuestra nación. En ese día histórico en la Abadía de Westminster, el rey Carlos dijo que no había venido para ser servido sino para servir, siguiendo el ejemplo de Jesucristo“, agregó.

Asimismo, el primado resaltó que la coronación inspiró a millones de personas en todo el país a realizar trabajos de voluntariado y recordó los “grandes desafíos personales” del monarca, en clara referencia a su estado de salud.

“Me ha sorprendido su continuo sentido del deber, habiendo regresado recientemente a compromisos reales después de un tratamiento“, señaló.

El jefe de Estado volvió a las funciones públicas hace unos días al visitar el Centro Oncológico Macmillan del hospital University College en Londres, donde conoció a otros pacientes con cáncer y habló de su conmoción al recibir su diagnóstico.

En la coronación el año pasado, además de dignatarios e invitados especiales, estuvo el hijo menor del rey, el príncipe Enrique, a pesar de estar distanciado de la familia real.

El duque de Sussex, distanciado sobre todo de su hermano, el príncipe Guillermo, viajará esta semana desde EE.UU., donde reside con su mujer y sus dos hijos —Archie y Lilibet— para asistir este miércoles en la catedral de San Pablo de Londres a la ceremonia de los llamados Juegos Invictus, un campeonato deportivo creado por el príncipe en el que participan militares heridos en combate.

No se espera que Meghan Markle asista a esa ceremonia en la capital británica, según los medios.

El pasado febrero, el hijo menor del monarca hizo un viaje relámpago a Londres para ver a su padre, con el que se reunió durante apenas 30 minutos, después de que se anunciase que Carlos III padece cáncer y de que se somete a un tratamiento oncológico.

Además del rey, la princesa de Gales, Catalina, se somete a un tratamiento oncológico preventivo tras una operación abdominal en enero pasado y cuyos detalles no han sido revelados.

Noticias de Mérida, Yucatán, México y el Mundo, además de análisis y artículos editoriales, publicados en la edición impresa de Diario de Yucatán