BEIRUT, Líbano. — La crisis por la formación de un nuevo gobierno se agravó este lunes en Líbano, donde grupos de manifestantes cerraron carreteras y paralizaron el país.
Saad Hariri, primer ministro libanés, renunció el martes pasado para cumplir una de las exigencias clave de las manifestaciones iniciadas el 17 de octubre, que reclamaban el fin de la corrupción rampante y de la mala gestión de la clase política que lleva tres décadas controlando el país.
Por su parte, el presidente Michel Aoun, aún no ha fijado una fecha para consultas con los grupos parlamentarios sobre el nombramiento de un nuevo primer ministro.
Muchas escuelas, universidades y negocios cerraron el lunes.
En una de las principales avenidas de Beirut, los manifestantes repartieron panfletos disculpándose por los cortes de carreteras e indicando que las “calles seguirán cerradas hasta que se forme un gobierno independiente”.