“Si se abriera un caso contra Putin, asegurar su presencia en La Haya (sede de la Corte Penal Internacional) será una tarea muy compleja”, señaló Michelle Reyes Milk, catedrática de la Pontificia Universidad Católica de Perú, durante su participación en el seminario permanente “Violencia Social y Derechos Humanos” que organiza el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales (Cephcis) de la UNAM.
La maestra Reyes Milk, especialista en Derecho Internacional, participó ayer vía Zoom en el seminario permanente donde abordó el conflicto ruso-ucraniano y las respuestas desde el derecho penal internacional.
En la actividad, que coordinaron los doctores Laura Hernández Ruz y Rodrigo Llanes Salazar, indicó que la Corte Penal Internacional (CPI) es el mecanismo por excelencia para juzgar la comisión de crímenes globales.
Luego mencionó que si bien la Federación Rusa no es un estado parte del Estatuto de Roma (instrumento mediante el cual se constituye la CPI), Ucrania, también sin ser un estado parte, para efectos de la competencia se comporta como si lo fuera.
“Por tanto, los crímenes cometidos en el territorio de Ucrania podrán activar la competencia de la corte. Eso quiere decir que si un nacional ruso comete uno de los crímenes en la competencia de la corte en el territorio de Ucrania podrá, eventualmente, ser objeto de una investigación por la Corte Penal”.
Asimismo, recordó que el Estatuto de Roma señala que la CPI tendrá que enfocarse sobre los máximos responsables de los crímenes.
Sin embargo, dijo, la práctica de la corte ha hecho que la política, sobre todo a partir de la última revisión de 2016, también se centre no solo en los más altos mandos de la cadena de mando, sino también en mandos medios cuyos crímenes tengan un impacto significado.
La CPI no distingue entre rangos y jerarquías, dijo, en el sentido de que no se puede alegar ningún tipo de inmunidad frente a la corte.
En el caso de que se abriera un caso contra el presidente ruso Vladimir Putin, asegurar su presencia en La Haya será una tarea muy compleja.
“La CPI depende de la cooperación de los estados, no tiene una policía propia para empezar”.
En otra parte de su participación señaló que los crímenes que se estarían mirando son los de guerra y agresión.
Hasta hace un mes, señaló, era complejo afirmar si había jurisdicción en materia de genocidio.
“Creo que los acontecimientos en Bucha han abierto el camino para esa reflexión de si se puede calificar aquellos actos como genocidio… Es muy complejo probar el genocidio, un acto que tiene como objetivo eliminar total o parcialmente a un grupo nacional, étnico o religioso mediante la matanza, la inanición, impedir el nacimiento de menores en ese grupo o de trasladar a la población de un lugar a otro”, puntualizó la maestra.
“No es solo la matanza de un grupo de individuos, sino que tiene que ser la matanza de un grupo de individuos que se identifican dentro un grupo nacional, étnico, recelo religioso”.
Comprobar el dolo genocida es una tarea difícil y compleja, sentenció.
