Dos mujeres, madre y hermana de Gaudencio Robertos Sulub, se plantaron frente al Palacio de Cristal, sede del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJ), con una sola consigna: ¡Queremos justicia!
Momentos después ingresaron al recinto para presenciar una nueva audiencia, ahora en segunda instancia, en la que buscan demostrar la inocencia de Gaudencio, quien fue sentenciado a más de 20 años de prisión acusado de un homicidio que, según afirman, él no habría cometido.
“Cuando ocurrieron los hechos no los pusieron a disposición de inmediato (a los cuatro inculpados), sino que los ‘guardaron’ durante más de una semana y los tuvieron incomunicados para obligarlos a inculparse. Se violaron sus derechos, los tuvieron incomunicados”, comentó la hermana del sentenciado.
Según sus familiares, Gaudencio y otras tres personas recibieron condena aunque no se demostró la autoría material de ninguno de ellos, en un juicio que se les siguió en 2022, lleno de contradicciones entre los testigos que incluso no se acordaban de las personas.
Sujeto
“Un amigo de la víctima, que también estaba en el lugar, señaló a un supuesto paramédico como la única persona a la que reconoció y que fue la única persona que se paró detrás del fallecido, pero esta persona está libre y ya no trabaja en el mismo lugar, ya no es paramédico”, comentó Liany Robertos Sulub, hermana del encarcelado desde hace tres años.
“Él dijo en el juicio que vio todo, pero a pesar de que otro testigo clave lo señaló, no está en la cárcel”.
En la necropsia y la mecánica de lesiones que se expusieron en el juicio como medios de prueba, explica la mujer, se señala que la víctima murió porque alguien le provocó una asfixia con el antebrazo desde un plano superior estando a espaldas del occiso.
Las autoridades no pudieron demostrar quién cometió el crimen y así lo manifestó un juez al emitir la sentencia condenatoria, expuso.
“Mi hijo dice que él estaba trabajando ese día y lo mandaron a ese lugar que se ubica en la carretera Chicxulub-Uaymitún; estando ahí sus superiores lo mandaron a revisar el auto de la víctima, cuando regresó a donde lo tenían sus compañeros, el muchacho ya estaba muerto”, dijo Reina Sulub Sansores, madre del sentenciado.
“Aunque en el lugar hay cámaras que pudieran demostrar que él estaba lejos de la persona fallecida, las autoridades respondieron a los jueces que no funcionan”.
Las mujeres expresaron su confianza en que se haga justicia, tanto a la víctima como a Gaudencio, quien fue inculpado por este crimen a pesar de que, señalan, ni en la carpeta de investigación ni en las pruebas aportadas hay evidencia de que él, particularmente, haya participado.
“Es injusto que un inocente esté en la cárcel”, insistió la hermana. — Gabriel Chan Uicab