Cuando el sector público tiene un superávit, esto se traduce en un déficit en el sector privado; es decir, las empresas privadas y las familias están endeudadas o empobrecidas, creando así una burbuja financiera que tarde o temprano estallará.

Así lo manifestó el doctor Eduardo Garzón Espinosa, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Madrid, quien ayer ofreció la ponencia magistral “Problemas macroeconómicos de registrar superávit público: un estudio empírico a nivel internacional”.

Esto fue en el marco del Foro Internacional de Finanzas Públicas Superávit y Resultados al Final del Sexenio, organizado por la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la Uady.

El foro se realiza de manera virtual y fue inaugurado ayer por David Suárez Pacheco, director de la FCA, quien destacó la participación de foristas importantes, como el que se tuvo ayer.

También señaló la valía que tiene este tipo de eventos para el desarrollo profesional y personal de los participantes.

Enseguida se dio paso a la conferencia magistral a cargo del doctor en Economía Garzón Espinosa, quien habló del estudio empírico que realizó hace algunos años, como parte de su tesis de doctorado, sobre la persecución del superávit público.

De éste dijo que es lo que genera más problemas a escala macroeconómica.

Según explicó, el superávit público se da cuando se ingresa más de lo que se gasta del dinero público, lo cual suena bien porque refleja unas finanzas saneadas.

Pero lo importante es que esa economía sea sostenible en el tiempo, y muchas veces el superávit público se da como consecuencia de un empobrecimiento del sector privado.

El investigador resaltó que la cantidad de dinero que el sector público tenga como déficit es la que ha inyectado a la economía, es igual peso por peso al del sector privado.

En países que tienen soberanía monetaria, como México, ese dinero viene del sector público y el banco central, detalló.

Garzón Espinosa explicó que el gasto público inyecta economía al sector privado y luego viene la recaudación impositiva.

Por ello el déficit público equivale al superávit del sector privado. “Si alguien gasta, el otro ingresa”.

“Si el sector público tiene superávit está correlacionado con un déficit del sector privado, que está gastando más de lo que ingresa, por lo que pueden estar usando los ahorros del pasado o endeudándose”.

El doctor afirmó que el 90% de los estados del mundo tiene un déficit público o suele tenerlo, “esa es la realidad”, ya que no es necesariamente malo, más bien significa que están inyectando dinero a la economía.

“Si el sector público tiene un déficit de 100, el sector privado tiene un superávit de 100. Cuando el sector público inyecta más a la economía, hay más dinero en circulación”.

El sector público no puede ahorrar, manifestó. La única fuente de dinero que tiene es el banco central, y después de realizar todos los pagos públicos ingresa dinero por medio de los tributos del sector privado.

Por ello, si el sector público tiene un superávit no pasa nada si se mantiene a lo largo de uno o dos años, pero si es por muchos años puede estar mal, pues es un reflejo de una deuda que va creciendo en el sector privado, que se convierte en una burbuja financiera que va creciendo y acabará por explotar.

“El endeudamiento privado no es sostenible en el tiempo”, sentenció.

Luego señaló que hay más sectores en la realidad del planeta; además de los sectores público y privado, está el sector exterior que son el resto de los países que también interactúan con la economía de cada país, como la mexicana.

Cuando el sector exterior gasta mucho en un país, por el turismo o recibe remesas, eso explica el superávit público y del sector privado.

Es decir, el sector público puede tener un superávit sano o positivo que no afecta a las familias o las empresas, y esto ocurre cuando recibe ese superávit debido a lo que otros países gastan en su territorio. Este superávit sí es sostenible.

Foro Economía

Otros dichos del doctor Eduardo Garzón Espinosa respecto al superávit.

Déficit nacional

El investigador puntualizó que México se encuentra en déficit a lo largo de muchos años, algo que no es necesariamente negativo. En cambio, tuvo un superávit antes de la llamada crisis del tequila en 1994. Recalcó que tener superávit público no puede ser algo positivo.

Empobrecimiento

Cuando un país como México se empeña en tener un superávit público, sin tener dinero boyante que llegue desde afuera, sólo se estará empobreciendo a las familias y empresas, refirió.

Estado

En el caso del país, comentó Garzón Espinosa, en los últimos años ha evolucionado bien, las remesas van bien al igual que las exportaciones, aunque aclaró que no ha analizado a detalles las condiciones del país.