“Hasta ahora hemos registrado una secuencia de seis sismos de magnitudes pequeñas. Comparados con la sismicidad que ocurre en zonas activas como la costa española, estas magnitudes son mínimas. Sin embargo, eso no significa que no puedan sentirse intensamente en la región”, informó Arturo Iglesias Mendoza, coordinador de los Servicios Sismológicos Nacionales y doctor en Ciencias de la Tierra.
Recordó que, aunque la península de Yucatán está relativamente alejada de los márgenes activos donde la deformación de la corteza terrestre es significativa, sismos similares ocurrieron en el pasado.
“En 1908 se reportaron dos sismos (30 de junio y 15 de noviembre) en la misma región. La instrumentación de aquel entonces era mucho menos densa que la actual, pero los reportes de percepción indican que se trataba de eventos similares a los recientes”, indicó.
En un intercambio de información por videollamada que tuvo el especialista con la dirección de Protección Civil del Estado, Iglesias Mendoza explicó la naturaleza de estos sismos y la baja probabilidad de que se produzcan eventos de mayor magnitud.
Como se ha informado oportunamente, en los últimos días se registró otro sismo y con éste ya suman seis magnitudes en la zona de Ticul, que según el entrevistado se trata de pequeños enjambres, aunque “en realidad todo relativo”.
El experto destacó que a pesar de la historia sísmica limitada en la región, es de vital importancia no bajar la guardia.
“No hay evidencia de sismos de gran magnitud en los catálogos históricos ni instrumentales, lo que hace muy poco probable que ocurra un sismo significativo en esta zona. Sin embargo, siempre hay que recordar que la probabilidad no es cero”, dijo.
También aclaró que la actividad reciente no se debe propiamente a réplicas de un sismo mayor, sino a lo que se conoce como enjambres sísmicos.
“Estos son acumulaciones de sismos de similar magnitud que ocurren en un corto periodo de tiempo y espacio. En este caso, no hay un sismo más grande que genere réplicas, sino una serie de sismos pequeños”, recalcó.
Aunque estos sismos pueden ser sentidos intensamente en su epicentro, el doctor enfatizó que, por lo general no representan un riesgo para la población.
“Los sismos recientes, con magnitudes de 3.5 y 3.2, son de baja intensidad y sus duraciones son cortas. La mayoría de las construcciones no sufrirán daños significativos”, afirmó.
Instó a la población a estar atenta a cualquier irregularidad en sus viviendas.
“Si se detectan fracturas o irregularidades, es importante contactar a Protección Civil para una evaluación. En general, la probabilidad de un sismo más grande es muy baja, pero siempre es recomendable estar preparados”, manifestó.
Para tranquilidad de la población y brindar información clara sobre la actividad sísmica en Yucatán, el especialista subrayó la importancia de la prevención y la atención a los signos de alerta en caso de movimientos telúricos.
