Foto: Megamedia

“Misión cumplida”

Después de 79 años de labor educativa, el colegio “Joaquín Peón Aznar” cerró ayer oficialmente sus puertas.

Con la conclusión del ciclo de la escuela se escribió una página más en la larga trayectoria de la misión formadora de la congregación de los Hermanos Maristas en Yucatán, que comenzó hace 121 años con la llegada de los primeros religiosos a tierras del Mayab, en 1899.

El hermano Agustín Acevedo Sánchez, último director de la “Joaquín Peón Aznar”, encabezó la sencilla, emotiva ceremonia de despedida del personal pedagógico y administrativo de la escuela, en la que destacó que el cierre “no es una realidad que se termine, sino una inspiración para emprender nuevos retos en otros sitios donde niños y jóvenes con grandes necesidades requieren de nuestro apoyo”.

Como informamos, los discípulos de San Marcelino Champagnat reiteraron en mayo pasado que al finalizar el curso escolar, este mes, se cerraría definitivamente el colegio “Joaquín Peón Aznar”, después de casi ocho décadas de brindar educación preescolar, primaria y secundaria a niños y adolescentes de escasos recursos del sur de Mérida.

Ayer, el silencio invadió el plantel marista, con sede en el número 718 de la calle 60 entre 91 y 93, después de que los 27 integrantes del personal educativo y administrativo abandonaron el inmueble, que se inauguró el 20 de noviembre de 1971, luego de tres décadas de permanecer en un predio del lado sur del parque de San Juan, a partir de la fundación de la escuela, el 2 de septiembre de 1941. El primer director del colegio, que se abrió gracias a la generosidad de don Joaquín Peón Aznar, fue el profesor José Santana Robles.

El adiós de la “Joaquín Peón Aznar” llegó en medio de la crisis de la pandemia por el coronavirus que asuela a Yucatán, a Mérida, por lo que no se organizó algún evento especial, sino algo asequible, semejante a la vocación de los Hermanos Maristas, que en voz del religioso Acevedo Sánchez externó palabras de gratitud a sus colaboradores, a los 200 alumnos que culminaron el ciclo de vida del colegio, y a los padres de familia que les dieron la confianza para la educación de sus hijos.

“La escuela ‘Joaquín Peón’ llega a su fin dispersando sus mejores semillas, confiada en que germinarán y darán frutos en otra tierra”, indicó emocionado el hermano Acevedo Sánchez en el mensaje de despedida que dirigió a sus 26 colaboradores.

Gratitud

“Bajo el mensaje de ‘Misión cumplida’ la escuela ‘Joaquín Peón Aznar’ termina su ciclo vital agradeciendo y reconociendo a miles de personas que pasaron por sus aulas, que confiaron en la educación marista y recibieron lo mejor de nosotros”, agregó el último director del colegio.

El religioso jalisciense también reconoció a las familias del sur de la capital yucateca que confiaron en la formación marista, y recordó que el proyecto que comenzó San Marcelino Champagnat continuará en otros sitios donde se requiere del apoyo, del granito de sal que pueden aportar los Hermanos Maristas.

“Por mi conducto los hermanos maristas agradecemos la confianza que nos brindaron las familias de la ‘Joaquín Peón’, a los que les digo ‘hasta pronto’. Y en breve, la comunidad marista del sur buscará un lugar para vivir en el municipio de Kanasín para que, junto con un equipo de laicos comprometidos con el carisma de nuestra congregación se desarrolle una propuesta para que surja una nueva obra marista en ese lugar. Con el corazón henchido de alegría, el paso ligero, las manos dispuestas a soltar y recibir, decimos… gracias”, apuntó el hermano Acevedo Sánchez.— Carlos Fernando Cámara Gutiérrez

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