CIUDAD DE MÉXICO.- La mañana del 29 de diciembre, un ataque armado registrado en los límites de Guadalajara y Zapopan dejó sin vida al empresario Alberto Prieto Valencia, conocido como “El Prieto”, así como a su hija de 16 años y a uno de sus escoltas.
Salvador Zamora, secretario general de Gobierno de Jalisco, dio a conocer que, tras el ataque, las autoridades lograron identificar algunos de los vehículos utilizados por los agresores. Precisó que aseguraron a dos de esas unidades y quedaron bajo resguardo como parte de las investigaciones que se mantienen en curso.
El funcionario añadió que la Fiscalía del Estado trabaja en el esclarecimiento del móvil del crimen y señaló que entre las líneas de investigación se analizará una posible relación de Prieto Valencia con las denominadas rifas colombianas ilegales.
¿Qué son las rifas colombianas ilegales?
Las rifas clandestinas operan como sorteos ilegales dentro del Mercado de Abastos de Guadalajara y en otras ciudades del país.
Investigaciones periodísticas documentan que, al menos desde 2021, personas originarias de Colombia organizan estos juegos y ofrecen supuestos premios de entre 20 mil y 50 mil pesos. Cada boleto cuesta alrededor de 20 pesos para participar, y los principales jugadores son locatarios y trabajadores del propio mercado.
En septiembre de este año, el diario MURAL informó que estas rifas colombianas clandestinas funcionan con recursos financiados por grupos criminales.
En ellas se ofrecen premios en efectivo o en especie, desde electrodomésticos hasta automóviles. No obstante, casi nunca hay un ganador y la bolsa de dinero de la venta de boletos se queda entre los organizadores.
Bajo coerción, las células integradas por colombianos acumulan grandes sumas de dinero, mientras que los boletos ganadores aparecen muy pocas veces y, cuando lo hacen, los participantes reciben solo una parte mínima del premio.
Esta actividad constituye una forma de fraude y extorsión que el gobierno de Jalisco ha combatido en los últimos años debido a su rápida expansión.
Las rifas colombianas mantienen una relación estrecha con los préstamos “gota a gota”. Aunque Jalisco concentra varios casos, no es el único estado donde se ha detectado este tipo de extorsión por parte de células colombianas. Además, otorgar premios ocasionales a los locatarios funciona como un gancho para atraerlos a futuras rifas.
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