Dos fenómenos climáticos, uno natural y otro causado por el humano, se enfrentarán este verano para determinar si la temporada de huracanes en el Atlántico será tranquila o caótica.
El fenómeno natural que se está formando es “El Niño”, que reduce drásticamente la actividad de los huracanes, pero al mismo tiempo se está acumulando un calor oceánico sin precedentes en el Atlántico.
El calor océanico está alimentado en parte por el cambio climático, causado por el hombre al quemar carbón, petróleo y gas, y proporciona combustible para las tormentas.
Meteorólogos no están seguros de qué fenómeno prevalecerá, porque nunca antes se ha dado un escenario de esta magnitud. Sin embargo, la mayoría pronostica “un empate”, algo cercano al promedio anual de ciclones.
Predicción de la NOAA para la temporada de hucaranes 2023 en el Atlántico
En ese sentido, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), señaló que hay 40% de probabilidades de una temporada cercana a lo normal, 30% de que esté encima de la media (más tormentas de lo habitual) y 30% de que sea una temporada por debajo de lo normal.
Este jueves la NOAA anunció una previsión de 12 a 17 tormentas con nombre, de las que de 5 a 9 se convertirán en huracanes y de 1 a 4 se convertirán en huracanes de categoría 3 o mayor con vientos superiores a 177 kilómetros por hora. La previsión normal es de 14 tormentas con nombre, 7 huracanes y 3 huracanes de categoría 3 o más.
“Definitivamente es una configuración poco común para este año. Por eso nuestras probabilidades no son del 60% o 70%”, explicó en conferencia el pronosticador principal de huracanes estacionales de la NOAA, Matthew Rosencrans.
Hay mucha incertidumbre (sobre la temporada de hucaranes en el Atlántico) este año
Recuerdan que con un huracán basta para una catástrofe
Independientemente del número de tormentas que se avecinen, los meteorólogos y la directora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Deanne Criswell, recordaron a los residentes costeros de Estados Unidos, desde Texas hasta Nueva Inglaterra, y a los habitantes del Caribe y Centroamérica que sólo hace falta que un huracán impacte en su zona para que sea una catástrofe.
“A eso es a lo que realmente se reduce todo: ¿Cuál va a ganar o se anulan mutuamente y acabas con una temporada casi normal?”, comentó el investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado Phil Klotzbach.
En qué consiste el fenómeno de “El Niño”
“El Niño” es un calentamiento temporal natural del océano Pacífico que se produce cada pocos años y cambia el clima en todo el mundo.
Los modelos climáticos pronostican que, a medida que el mundo se calienta, “El Niño” se hace más fuerte.
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Décadas de observación demuestran que, por lo general, el Atlántico es más tranquilo y con menos tormentas durante los años de “El Niño”.
“Las aguas más cálidas hacen que el aire más caliente del Pacífico llegue más arriba en la atmósfera, influyendo en los vientos y creando fuertes vientos de niveles superiores que pueden decapitar las tormentas, matándolas”, apuntó Klotzbach.
“Es lo que se llama cizalladura del viento“, concluyó.
