Página editorial de Diario de Yucatán

Nunca imaginamos ver a nuestro México querido inmerso en la violencia, en la descalificación que se transforma en insulto cobarde al utilizar una tribuna que debería ser de unidad y respeto para todos los mexicanos.

Tener poder de ninguna manera significa ser dueño de la verdad absoluta, mucho menos sentirse propietario de todo lo que se le ha encomendado para administrarlo de manera temporal. Porque los verdaderos dueños, somos todos los que sostenemos a una clase política que llega con el propósito de adueñarse de las instituciones.

Gravísimo error que lo crean y más grave aún, el que se tolere y se les permita.

Estamos conscientes que el hartazgo por saqueos, el enriquecimiento y despilfarro que una clase política hacía de los recursos nos llevó a donde hoy nos encontramos.

Primero con el supuesto voto de castigo para depositarlo en las urnas a favor de quien prometió un cambio radical. Por supuesto que la oferta era igual o peor que las promesas que siempre se escucharon en campañas.

Hubo quien creyera en lo ofrecido y acudió a las urnas confiado y esperanzado en el cambio prometido. Cinco años han transcurrido ya de un gobierno que prometió demasiado y con tristeza observamos en lo que se convirtió la cacareada transformación: muerte, infamia, destrucción de instituciones.

Afortunadamente no pertenezco al grupo que se dejó convencer por las mentiras de un hombre, pero siento tristeza de ver a mi país confrontado y ensangrentado.

Por ello, este 12 de diciembre, me sorprendió gratamente observar las peregrinaciones de tantísima gente, humilde en su mayoría y como cada año ocurre, iban a la Basílica de Guadalupe “a ver a la Virgencita”.

Esa fe que mueve montañas sigue prevaleciendo en nuestro pueblo, que camina kilómetros para llevarle su agradecimiento en unas flores, veladoras, oraciones, por algún favor recibido. Miles de peregrinos llegaron ante la imagen de nuestra Virgen de Guadalupe, a quien de corazón agradecían haberlos salvado de alguna enfermedad o problema.

La fe nos mantiene en pie, porque es lo que nos queda y nos sostiene.

Es la fe en Dios, en su Madre que no nos desampara y nos pide permanecer unidos y elevar nuestras oraciones al cielo.

¿Los milagros existen? ¡Por supuesto que sí! y se convierten en realidad cuando unimos nuestras fuerzas, nuestra esperanza en un futuro mejor; cuando apoyamos las causas que benefician y no destruyen.

Se ha cumplido ya un año del atentado en contra del periodista Ciro Gómez Leyva; ocurrido el 15 de diciembre del 2022. Ataque del que milagrosamente salió ileso gracias al blindaje en su camioneta. Doce meses han transcurrido y aún no se conoce quién lo mandó asesinar y sin duda debe ser alguien muy poderoso porque el silencio así lo demuestra.

Aunque la vida de alguna manera le cambió a Ciro, Dios le dio la oportunidad de seguir adelante con su misión en esta vida y contar su propia experiencia, cuando hay otros periodistas que no tuvieron la misma suerte.

Nunca se había observado tanto riesgo como ahora para ejercer la libertad de expresión.

En cuestión de salud, al eliminar los fideicomisos y el seguro popular, muchos niños con problemas de cáncer no pudieron recibir sus tratamientos. Ha sido la sociedad civil con asociaciones como Fundacion Teleton, por ejemplo, que se ha logrado que muchos pequeñitos con alguna discapacidad o enfermos de cáncer tengan la esperanza de luchar por su salud.

Teleton 2023 también apoyará a Acapulco, hay que tenerlo presente porque hay mucho por hacer aún en Guerrero y será entre todos, nuevamente con nuestras aportaciones como se logrará alcanzar la meta fijada.— Piedras Negras, Coahuila.

Periodista

Noticias de Mérida, Yucatán, México y el Mundo, además de análisis y artículos editoriales, publicados en la edición impresa de Diario de Yucatán