Envejecer no significa olvidar. Esa es una de las primeras reflexiones que el doctor Rufino de Jesús Solís Pérez, especialista en Geriatría, comparte a las familias yucatecas.
“Existe una idea equivocada de que los olvidos son parte natural de la edad, pero cuando estos empiezan a afectar la vida diaria, dejan de ser normales y se convierten en focos rojos”, explica.
El doctor Solís Pérez, egresado de la licenciatura de Médico Cirujano por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) y con especialidad en Geriatría por la Universidad de Guadalajara, actualmente labora tanto en el sector público como privado en Mérida.

Especialista yucateco llama a detectar señales de la demencia
En México, la demencia se ha convertido en un problema de salud pública asociado al envejecimiento poblacional.
Se calcula que alrededor de 1.3 millones de personas en el país viven con algún tipo de demencia, siendo las más comunes el mal de Alzheimer y la demencia vascular, que representan cerca del 90% de los casos.
La prevalencia entre los adultos mayores de 65 años se sitúa en alrededor del 9% y aumenta conforme avanza la edad.
El especialista yucateco imparte su experiencia con el Diario y advierte que los primeros síntomas de deterioro cognitivo suelen aparecer entre los 60 y 65 años, aunque cada caso tiene particularidades.
“En Geriatría dividimos las actividades del adulto en dos tipos: las básicas y las instrumentadas.
Los primeros cambios suelen verse en las instrumentadas: dificultad para manejar en rutas conocidas, confusión al pagar en el banco, olvidar las dosis de los medicamentos o no saber qué comprar en el supermercado”.
Estos pequeños olvidos, añade, pueden parecer inofensivos, pero cuando empiezan a afectar las rutinas cotidianas representan una señal clara de que algo está ocurriendo en el cerebro.
“Si antes podía manejar sin problema y hoy ya no reconoce ciertas calles, o si era capaz de llevar sus cuentas y ahora no logra hacerlo, es momento de acudir al médico”.
No todos los olvidos son preocupantes.
El especialista distingue entre la queja cognitiva, propia del envejecimiento, y el deterioro cognitivo que da paso a la demencia.
“Una cosa es olvidar dónde dejé las llaves, pero seguir desempeñando mi trabajo sin problema; otra, muy distinta, es que mis olvidos interfieran con mis labores, mis cálculos, mi arte o mis decisiones”.
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Detectar la demencia en etapas tempranas no solo mejora el pronóstico, sino que también puede frenar su avance.
“Cuando llega el paciente en etapas tardías, ya no se trata de olvidos, hablamos de dependencia total. En esos casos el adulto requiere ayuda para vestirse, comer o caminar”, explica el doctor Solís Pérez.
El diagnóstico incluye una valoración médica integral que contempla estudios de laboratorio y de imagen y una revisión de los medicamentos y enfermedades crónicas.
“No se trata solo del cerebro, sino del organismo en su conjunto. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión o los altos niveles de colesterol pueden acelerar el deterioro si no están bien controlados”, aclara.
Los dos tipos más frecuentes de demencia son el mal de Alzheimer y la vascular.
El primero afecta principalmente la memoria a corto plazo; la segunda se relaciona con problemas circulatorios en el cerebro.
“En el caso del alzhéimer, el paciente empieza a olvidar lo reciente, lo que desayunó, lo que hizo hace una hora. En la demencia vascular, suele haber antecedentes de hipertensión, diabetes o eventos cerebrovasculares”.
En ambos casos, subraya, la detección temprana puede ralentizar el deterioro.
“Un paciente diagnosticado a tiempo puede mantener su autonomía por mayor tiempo con apoyo farmacológico, terapia cognitiva y una red familiar comprensiva.
En cambio, cuando se minimizan los síntomas creyendo que son normales de la edad la enfermedad avanza hasta que el paciente ya no puede valerse por sí mismo”.
Salud del adulto mayor y el papel de la familia
El doctor Solís Pérez enfatiza que la familia debe estar atenta a los cambios de conducta, ánimo y funcionalidad del adulto mayor.
“Si notan que se cae con frecuencia, pierde el apetito, se desorienta o comienza a mostrar comportamientos que antes no tenía deben consultar al especialista. No hay que esperar a que se ‘olvide de todo’ para actuar”.
El abordaje, indica, debe incluir siempre a los cuidadores y familiares.
“Cuando el paciente empieza a mostrar deterioro, no solo cambia su vida, sino también la de quienes lo rodean. Por eso es importante acompañar el diagnóstico con orientación, apoyo emocional y comprensión”.
Aunque la demencia se asocia a la vejez, la prevención comienza décadas antes.
“Desde edades tempranas debemos cuidar nuestro estilo de vida, controlar la presión arterial, la glucosa, los lípidos; mantener una alimentación balanceada, hacer ejercicio y dormir bien. Todo eso protege al cerebro”, aconseja.
El concepto de envejecimiento saludable, señala, es el eje de la Geriatría moderna: “No se trata de vivir más años, sino de vivirlos con independencia, lucidez y calidad de vida”.
Geriatría, especialidad en crecimiento y necesaria
Para el doctor Solís Pérez, la Geriatría no solo es una especialidad médica, sino también una vocación profundamente humana.
“En el corazón del geriatra está el deseo de acompañar. Tratar, orientar y mejorar la calidad de vida del paciente, aunque tenga 90 o 95 años, y demostrar que aún puede ser funcional, que aún puede disfrutar de su entorno”.

Reconoce también que la especialidad aún es poco conocida.
“La Geriatría es joven, pero cada vez más necesaria. En México, la población mayor de 60 años crecerá considerablemente para 2030 y 2040. Saber detectar, comprender y atender los cambios propios del envejecimiento será vital para nuestra sociedad”.
“Lo más importante”, concluye, “es no normalizar el olvido. Detrás de un cambio de memoria puede haber una enfermedad que, si se detecta a tiempo, nos permite conservar lo más valioso: la independencia y la dignidad del adulto mayor”.
Especialista
El doctor Rufino de Jesús Solís Pérez, especialista en Geriatría, atiende por las tardes en la Clínica de Mérida, en el consultorio 115.
El teléfono es 9993-96-35-52
