El “mini Grand Slam” del tenis mundial abrió ayer su edición 36 con una avalancha de expectativas.

El flamante número 1, Rodrigo Pacheco Méndez, contestó el saque inicial luego de ganar su partido de estreno en la Copa Yucatán, un evento grande que, con jugadores de 54 países, otra vez se pone a los ojos del mundo del tenis desde las canchas del Club Campestre.

“Es un orgullo tener aquí, desde los primeros años, a los mejores juveniles del mundo. Ahora nos toca contar con el número uno, que, con más gusto lo decimos, es yucateco, lo vimos crecer y ahora está en lo alto de la ITF”, destacó Jorge Haro Giffenig en la ceremonia de apertura, encabezada por el gobernador Mauricio Vila Dosal, el alcalde Alejandro Ruz Castro, y el presidente del Club Campestre, Arturo Millet Molina.

El tercer torneo grande de tenis en el año (un WTA 250, una serie Copa Davis precedieron) arrancó con un maratón de partidos, y hoy tendrá otro mayor. Jugarán, entre otros, Jagger Leach, hijo de una leyenda del tenis mundial, como es Lindsay Davenport, cuatro veces número uno; Diego Herrera, hijo de Luis Enrique “Araña” Herrera, entre otros.

Con el precepto de ver pasar por su arcilla a muchos de los mejores prospectos de la raqueta, que luego se colocaron en lo alto del tenis, siguen aterrizando en Mérida las promesas de esta disciplina. El gobernador Vila Dosal declaró inaugurado el certamen, señalando lo gratificante que es ver un torneo como la Copa Mundial manteniendo año con año el nivel, en pro del crecimiento del deporte, no solo del tenis.

El saque inicial lo hizo Ruz Castro, contestando Rodrigo del otro lado de la cancha, con un lleno en las gradas y palcos, ovacionando al número uno de ITF desde su primera mención.

“Y de eso se trata: de alentar el crecimiento del deporte entre los jóvenes”, comentó Rodrigo, quien el domingo se coronó en el J300 de Zapopan, que le otorgó puntos suficientes para subir al primer sitio de la Federación Internacional de Tenis. Hoy tendrá su estreno en singles, a las 7, ante el estadounidense Maximus Dussault.

La ceremonia inaugural del torneo dejó con piel enchinada a decenas de los visitantes que por primera vez llegan a Mérida. El desfile de heraldos con todos los países registrados, el protocolo oficial, el show posterior y la quema de fuegos artificiales que iluminaron la noche del norte de la capital yucateca fueron, como opinaron varios, “señal inequívoca de que algo grande se está viviendo”.

Y comentó Millet Molina, desde hace 36 años, con los inicios del proyecto de manos de Jorge Robleda Moguel, con la estafeta que tomó Jorge Haro, “no hay mejor punto que ver crecer el tenis”.

Durante una semana, los mejores exponentes del tenis entre menores de 18 años jugarán buscando puntos en el J500, clasificación del torneo yucateco que sigue creciendo.— GASPAR SILVEIRA

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