Entre nos. Esta semana hemos visto de todo. Pláticas entre amigos y opinadores desnudan la realidad de un México a punto de sufrir un infarto, un descarrilamiento de instituciones, las que aún existen pero carecen de estructura o simplemente se les acabó la pila para seguir funcionando, un México que trata de tomar la boquilla del tanque de oxígeno para respirar.
Se desbarata lo que habíamos logrado, seguimos en una borrachera de eufemismos políticos, de ocurrencias, caprichos y rapiña al erario que dañan cada vez más hondo.
La historia es simple, no podemos seguir en la murmuración de lo que pasa en el país o protestando las inconveniencias del régimen en las redes sociales; lo decía a una amiga de mi esposa: para poder levantarnos, tenemos que hacer que nuestro voto sea masivo, contundente, que los jóvenes, los apáticos salgan a las urnas, con ello reclamen lo que ya teníamos y súbitamente lo perdimos.
Estoy invadiendo un tema que no es precisamente mi fuerte, pero es una franca opinión de un ciudadano de a pie, caminando por la vereda en la cual todo México está inmerso.
Los Foros y la palabra que falta
Ya vimos en los foros las participaciones de las candidatas, pero eso no basta para fortalecer una decisión. La arrolladora personalidad de Xóchitl Gálvez o la madurez política de Beatriz Paredes.
Acá entre nos falta algo difícil de explicar y que va a las entrañas del pensamiento de los que hemos tenido una conciencia política desde hace algunos sexenios, ¿cómo se llama eso que falta?… credibilidad, esa es la palabra; estamos tan ciscados que resulta complicado creer en tantas propuestas.
Por un lado vemos honestidad en un discurso más a nivel del pueblo, más legítimo; por otro, encontramos la clásica prosa del PRI que nos gobernó por 7 décadas expertos en hacer que las cosas cambien sin que cambie nada; cómo creer en esa vorágine de palabrería si solo son “enunciados” felices que subyugan con énfasis las posibles mejoras. Esperaremos los resultados de la votación, veremos de qué forma van a implementar lo prometido.
Se requieren fundamentos lógicos, viables, coherentes que den respaldo a sus palabras, evidencias verificables que demuestren la factibilidad de la propuesta, ¿con qué dinero se va a financiar todo lo que han dicho en los foros si la candidata de oposición llega a la Presidencia? La verdad no lo sé, ya se acabaron los recursos.
Cualidades de un candidato a Presidente
La credibilidad y experiencia de cada candidata será primordial para aumentar la confianza en su propuesta de gobierno, evitar las exageraciones que a todas luces carezcan de congruencia.
El nombre del juego, como dije, es la credibilidad del plan de gobierno. La pregunta está en el aire ¿qué se necesita para creer en las propuestas de un candidato a la Presidencia?, lo recalco, ya que el Tlatoani no cumplió lo que prometió en sus múltiples discursos. Yo no voté por él, lo conocía desde hace años, la verdad muchos se fueron con la finta, ahora están arrepentidos.
Considero que las características de un buen presidente se definen en 10 factores: Integridad, Empatía, Compromiso, Capacidad, Liderazgo, Trabajo en equipo, Tolerancia, Respeto, Visión a largo plazo y Transparencia. Si este listado se hubiera mantenido desde hace 5 años, como diría mi abuela: Otro gallo nos cantaría.
El valor de una X
“México no es un país feliz”, me dijo mi amigo Oscar. “Solo ves matanzas, secuestros, violencia, desapariciones, robos, carencias, corrupción, corrupción y corrupción”.
Si alguien me dice que va a terminar con todo esto, me va a costar trabajo creerlo, así que necesitan los del frente opositor saltar una vara muy alta para lograr enderezar lo que se pueda enderezar. El 2 de junio del próximo año elegiremos Presidente, que sin duda será una mujer; acá entre nos, te digo que no hay más que una opción viable para MéXico.— Mérida, Yucatán, 28 de agosto de 2023
Twitter: @ydesdelabarrera
