Las comunidades resuelven diversos problemas, desde garantizar el acceso más o menos eficiente a alimentos, ropa y agua, hasta enfrentar desafíos diarios que estimulan la creatividad, la curiosidad y la necesidad, propiciando así la evolución gradual de la comunidad. Desde la perspectiva de las capacidades dinámicas, en la literatura hay buenas referencias de que todas las comunidades, de alguna manera, poseen la capacidad de percibir, medir y transformar oportunidades, aunque lo hagan de manera más intuitiva y difusa que las empresas.

Con el tiempo y la exposición al entorno físico y económico, las comunidades experimentan cambios y pueden volverse atractivas o desafiantes para vivir según corresponda. La migración y la expansión de horizontes son respuestas comunes a las dinámicas cambiantes.

Las capacidades dinámicas se aplican a las comunidades de manera única. Cada comunidad tiene una identidad especial basada en su historia y tradiciones. Los pobladores detectan oportunidades intuitivamente, ya sea a través de líderes, sugerencias externas, observación de cambios en otras comunidades o educación recibida. La comunicación efectiva y la diseminación de oportunidades se apoyan en canales que consideran narrativas y aspectos culturales únicos.

El proceso sigue cuando ciertos individuos captan las oportunidadesdisponibles. Luego, los pobladores miden estas oportunidades realizando un inventario intuitivo de activos intelectuales, capital humano, recursos naturales y la riqueza cultural e infraestructura de la comunidad. Se enfocan en resolver problemas locales antes de abordar desafíos a mayores distancias, generando mediciones de fuerzas y tamaños de oportunidades.

La transformación de la comunidad se evidencia cuando la gente cambia de perspectiva, volviéndose más emprendedora y desarrollando habilidades y programas educativos para aprovechar al máximo las oportunidades. Microempresas emergen, pasando por diversas fases hasta que el acceso generalizado a recursos aumenta. A lo largo de este proceso se abraza la preservación cultural y las comunidades buscan avanzar de manera iterativa, adaptándose y demostrando resiliencia. Al final del ciclo, las comunidades resuelven el desafío de lograr un desarrollo sustentable.

En conclusión, la capacidad de las comunidades para detectar oportunidades, medirlas intuitivamente y transformar su realidad impulsa el surgimiento de emprendimientos locales y programas educativos específicos. Este ciclo iterativo, marcado por la adaptación y la resiliencia, culmina en un desarrollo sustentable que preserva la identidad cultural mientras busca soluciones creativas y eficientes para las necesidades de la comunidad. Al final del camino, las comunidades no solo resuelven problemas, sino que también se convierten en agentes activos de su propio desarrollo. En siguientes entregas entraremos más a detalle de estos estudios.— Mérida

Candidato a doctor en Análisis Estratégico y Desarrollo Sustentable por la U. Anáhuac-Mayab

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