Fernando Ojeda

Fernando Ojeda Llanes (*)

Existen muchas personas prospectos de emprendedores que tienen sueños o ideas de poner un negocio, ya sea por independizarse o tener ingresos extras.

Me ha tocado platicar con muchos que te relatan su sueño, por ejemplo, te dicen: pondré una tienda para vender zapatos de tenis de diferentes colores porque me gustan y he visto que en esta ciudad solo usan blancos, motivo por el cual será un éxito como lo he visto en el extranjero.

Así escuchas que pretenden hacer negocio; les he respondido que cómo saben que van a poder venderlos y me responden: es que son bonitos y me gustan mucho. Siempre les respondo que para invertir en cualquier tipo de negocio es necesario hacer un estudio de mercado para conocer si habrá la demanda requerida del producto.

Muchos me han hecho caso, lo han realizado y el resultado es que obtuvieron información positiva y están funcionando con breve éxito, pero me he encontrado con algunos que obtuvieron información negativa y abrieron la tienda por su gusto o terquedad y luego tuvieron que cerrar perdiendo su dinero; no trato de decir que soy adivino, sino que todo tiene su técnica.

Les platico una experiencia. Se trata de una pariente a la que le fascinan los peluches, su casa está llena de perritos, ositos, caballitos, muy bellos de un fino peluche traído del extranjero y cuando la veía me expresaba su idea de poner una tienda para vender este producto. Le preguntaba y su respuesta era siempre la misma, me decía: es que los peluches son tan lindos, me encantan.

Yo siempre le dije que un negocio no se pone solo porque te gusta el producto al vender, sino que si te lo van a comprar; siempre me respondía que tenía la seguridad, porque lo había platicado con algunas amigas que le respondían —qué buena idea— y algún pariente le decía: yo te compro un perrito blanco; hizo su encuesta con amigos y decidió poner la tienda.

Para exhibir los peluches, que efectivamente eran muy bonitos, tuvo que hacer mostradores de cristal, decorar con materiales de alto valor, rentar un local, abrir y ponerse a trabajar; el resultado es que solo duró cuatro meses y tuvo que rematar el inventario de sus animalitos, precisamente a sus parientes y amigos.

Finalizo mi cuento real con que en lo personal le ayudé comprando dos ositos, un burrito y un camello que tengo guardados en un baúl que cuando viene algún niño a la casa se los doy a jugar y al rato los dejan tirados en un rincón.

Todo lo anterior, platicado en forma coloquial, nos lleva a mencionar que hay mucho énfasis en el emprender, se motiva a las personas con incentivos económicos para poner un negocio, pero no solo se necesita dinero, sino buena capacitación e información.

Hay que mencionar que nada es fácil en la vida, sobre todo el poner un nuevo negocio, no solo es el sueño, la idea y el entusiasmo; debe iniciarse con una buena investigación sobre el tipo de negocio a emprender, si el mercado relativo a clientes está dispuesto a comprar los productos a ofrecer, si hay competencia y qué está haciendo o cómo le está yendo en su venta.

Vemos funcionando por toda la ciudad nuevos restaurantes, tiendas, plazas comerciales, pero también hay muchos locales cerrados en venta o renta que sufrieron la falta de demanda.

Cuando se ha realizado la investigación y el resultado es positivo, se debe realizar el denominado plan de negocios, que —como su nombre lo indica— se trata de una planeación del negocio que se pretende realizar, comenzando con el diseño del producto, proveedores, costo de compra, presupuesto de gastos, estimación de ingresos, nicho de clientes, localización y renta o construcción del local, competencia, promoción y publicidad, personal necesario, organigrama, funciones, descripción de las labores de servicio al cliente y otros elementos básicos.

El objetivo del plan de negocios —posterior al resultado positivo de la investigación de mercado— es tener a la vista lo que hay que hacer y vislumbrar el presente y futuro cercano de la empresa a iniciar, así como los recursos financieros, humanos y materiales requeridos y los problemas que tenemos que resolver relacionados con la competencia, operación, servicio al cliente, llegada y entrega del producto, y otros.

Lo que he mencionado quiere decir que un negocio no nace, sino que se hace y tenemos que saber que si vemos alguno en marcha con éxito como el que queremos poner, no es hacer como una copia al carbón, sino que el que está teniendo éxito tuvo que pasar por todo lo iniciado con el estudio de mercado y haber sorteado una gran cantidad de problemas en su operación y algunos aún los tienen.— Mérida, Yucatán.

ferojeda@prodigy.net.mx

Doctor en investigación científica. Consultor de empresas.

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