Rodrigo Llanes Salazar (*)

La semana pasada se publicaron dos fotos que probablemente sean las más importantes de la campaña para la gubernatura de Yucatán: tanto Renán Barrera Concha, candidato de la alianza PAN, PRI y PANAL, como Joaquín “Huacho” Díaz Mena, candidato de Morena, PT y PVEM, se reunieron, cada uno por su cuenta, con el actual secretario de Seguridad Pública de Yucatán, Luis Felipe Saidén Ojeda.

En una de las fotos vemos a Barrera Concha desayunando con el secretario de seguridad y con empresarios en un restaurante del norte de Mérida (según se ha reportado, fueron los empresarios que acompañaban a Saidén quienes invitaron al exalcalde a desayunar con ellos).

Desde luego, el aspirante de la alianza PAN y PRI publicó en sus redes sociales la imagen con el comandante señalando que “es el mejor secretario de Seguridad Pública del País”.

Por su parte, Díaz Mena publicó en la red social “X” —antes Twitter— tres fotos en las que aparece con el secretario posando y saludándose. No hay más información sobre el contexto, pero el aspirante de Morena anunció que “lo que es seguro, es que Yucatán va a seguir siendo seguro”.

De este modo, los candidatos punteros en la contienda por la gubernatura han acompañado de imágenes las declaraciones que han hecho sobre la continuidad de Saidén en la Secretaría de Seguridad Pública. Como ya hemos señalado, ésta es una de las principales demandas de diversos grupos de Yucatán —como los empresariales y profesionistas, por citar dos ejemplos. “Que cambie el partido en el gobierno pero que no cambie el secretario de seguridad”, parece ser la consigna y preocupación.

El tema de seguridad no es el único en el que hay coincidencias entre Barrera Concha y Díaz Mena sobre la conveniencia de continuidad con los últimos gobiernos de Yucatán (por lo menos de los del priista Rolando Zapata y el panista Mauricio Vila).

Ambos candidatos se han pronunciado sobre la posibilidad de mantener en su cargo al secretario de Fomento Económico del estado, Ernesto Herrera Novelo, quien también ejerció dicho cargo durante los gobiernos de Zapata y Vila.

Efectivamente, en el escenario de la relocalización de industrias —o “nearshoring”—, México en general, y Yucatán en particular, se han convertido en focos de gran interés para la llegada de nuevas industrias.

Barrera Concha ha propuesto la creación de una nueva Agencia para la Competitividad y el Crecimiento Económico e Industrial Sostenible de Yucatán para atraer nuevas inversiones e impulsar a Yucatán como “nueva frontera global”.

Díaz Mena ha anunciado que, en coordinación con el gobierno federal, crearía nuevas zonas industriales en el interior del estado. Parece que ambos candidatos punteros encuentran en Herrera Novelo al funcionario adecuado para aprovechar esta tendencia de inversión industrial.

Así, en dos ámbitos clave, como la seguridad y la economía, parecen haber coincidencias y continuidad con el pasado. Esto no quiere decir que no haya diferencias entre los dos candidatos a gobernador que encabezan las encuestas.

Barrera Concha enfatiza constantemente su distancia con la 4T (a diferencia del todavía actual gobernador yucateco) y critica de manera abierta los gobiernos estatales de Morena. Ha dicho una y otra vez que no aceptará imposiciones desde la federación, que defenderá Yucatán y señala constantemente “lo que no queremos que llegue al estado”.

Como es bien sabido, Barrera Concha y las y los candidatos de la alianza PAN-PRI han adoptado la bandera de Yucatán como símbolo regionalista y de distanciamiento hacia el centro gobernado por la 4T.

Estas declaraciones no han pasado inadvertidas para Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a la presidencia de la república, quien en su reciente visita a Yucatán declaró que: “me llama mucho la atención el candidato del PRIAN al gobierno de Yucatán porque él habla de que él no se va a coordinar con la Federación, incluso solo usa la bandera de Yucatán porque les da vergüenza decir que son del PAN y que ahora, además, están aliados con el PRI (…) ni siquiera reconoce cómo (el gobierno del presidente) ayudó con todos los programas sociales, los derechos, el apoyo al campo, el Tren Maya… bueno, hasta los autobuses que están circulando en Mérida, también puso dinero el presidente de la República”.

Además de sus constantes críticas al gobierno federal de la 4T, Barrera Concha ha tomado como bandera los resultados de los gobiernos del PAN en Mérida y Yucatán. Por ejemplo, ha declarado recientemente que “la mejor carta de presentación son los resultados que se reflejan en el estado, pues en los últimos seis años se redujeron la desigualdad y la pobreza, se generaron más y nuevos empleos y Yucatán es el estado más seguro”.

Sin embargo, la ciudad de Mérida, gobernada en tres ocasiones por Barrera Concha, es una de las ciudades más caras para vivir del país —si tomamos como referencia la lista de los precios de la central de abastos— y también una de las ciudades con los salarios más bajos de México.

De acuerdo con el economista Gabriel Rodríguez Cedillo, esto se debe a que Mérida tiene una economía oligopolizada, esto es, con un mercado controlado por unas pocas empresas.

En palabras de Rodríguez Cedillo, “lo que podríamos denominar política laboral es: atracción de inversiones, salarios bajos y el gobierno de Yucatán haciendo la labor de outsourcing laboral, es decir solo intermediario, sin preocuparse por la calidad del trabajo y del salario” (D.deY., 2-7-23).

Díaz Mena, por su parte, ha reconocido los logros de los últimos años en Yucatán —los cuales también atribuye a la colaboración del gobierno federal—, pero critica que lo que se ha logrado no ha sido “parejo”.

Más allá de las coincidencias en mantener al actual secretario de fomento económico y de impulsar la atracción de inversiones y nuevas industrias, un ámbito en el que los candidatos pueden marcar sus diferencias es en el “cómo”. Es decir, el reto no es sólo generar empleos a partir de la llegada de nuevas inversiones, sino también la calidad de los mismos, la formalidad laboral y la dignidad del salario.

Como informó recientemente este Diario, 61 de cada 100 empleos en Yucatán son informales y el salario promedio mensual de un empleo informal es de 5,090 pesos (en comparación con los 9,270 pesos mensuales en un empleo formal).

También deben pronunciarse sobre cómo incentivar una mayor equidad salarial por género, pues mientras que las mujeres yucatecas ganan en promedio mensualmente 5,406 pesos, los hombres perciben 7,684.66 pesos.

Cabe señalar que los empleos informales se concentran principalmente en dos sectores: el de servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, y el de la construcción. Es decir, dos de los sectores donde se esperan nuevas inversiones. Desde luego, otro aspecto clave es el de la protección del medio ambiente, pero sobre este tema volveré en otra entrega.

Por último, me detengo en otra foto publicada la semana pasada: Sheinbaum, Díaz Mena y Rommel Pacheco, candidato por Morena al Ayuntamiento de Mérida, cenando con la familia del exgobernador Víctor Cervera Pacheco.

El motivo explícito fue el cumpleaños número 85 de la exmagistrada Amira Hernández Guerra viuda de Cervera Pacheco. Pero la foto fue publicada por su hijo Víctor Cervera Hernández, quien, al igual que su hermano Felipe, confirmaron su adhesión a la 4T y llamaron a no votar por el PRI (“un voto por el PRI es un voto por el PAN de Renán” publicó Víctor Cervera en sus redes sociales).

A nivel nacional, la noticia de la cena se dio a conocer como la adhesión de la familia de Cervera Pacheco a la campaña de Sheinbaum (“La familia del exgobernador Víctor Cervera Pacheco se suma a Claudia Sheimbaum en Yucatán”, reza el título de la nota de “Animal Político”).

Sheinbaum no difundió la foto, pero es poco probable que esta adhesión incida —para bien o para mal— en la aventajada posición que se encuentra en la contienda electoral.

En cambio, Díaz Mena sí publicó la foto de la cena con la familia Cervera en sus redes sociales. Si lo hizo es porque su cálculo es que esta adhesión es una suma a su favor. Pero también debe considerarse la campaña “Ningún voto a los chapulines”, impulsada por un sector de Morena (por lo menos unos 250 simpatizantes).

El chapulín más visible y criticado ha sido Rommel Pacheco, pero las críticas también se han dirigido hacia Díaz Mena, precisamente por la integración de expriistas a su equipo de campaña.

Ciertamente, Víctor y Felipe Cervera Hernández no son su padre, un político muy elogiado por algunos y severamente criticado por otros. Está por verse si la posición anti-Cervera en el estado no juega en contra del candidato de Morena a la gubernatura yucateca.

Recordemos que a pesar del avasallador triunfo de López Obrador en 2018 —con el 53% de los votos—, Díaz Mena quedó en un lejano tercer lugar con solo el 20% de los votos, la mitad de los que obtuvo en 2012 cuando contendió como candidato del PAN a la gubernatura.

Ahora, ni la holgada ventaja que lleva Sheinbaum sobre sus oponentes ni los 600 mil beneficiarios de programas sociales en Yucatán son garantía para que Díaz Mena triunfe en la elección, sobre todo si sus propuestas y equipo de campaña tampoco se diferencian claramente del pasado que tanto critica la 4T.— Mérida, Yucatán.

rodrigo.llanes.s@gmail.com

Investigador del Cephcis-UNAM

Noticias de Mérida, Yucatán, México y el Mundo, además de análisis y artículos editoriales, publicados en la edición impresa de Diario de Yucatán