A quienes vivimos en el norte del país, nos llegó una magnífica noticia. Nuestra querida ciudad de Piedras Negras, en el estado norteño, bello y trabajador que es Coahuila, se mantiene posicionada como la frontera más segura del país.

De los municipios, es el segundo con mayor seguridad de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi.

Esa tranquilidad que hoy gozamos se debe en buena parte a que nuestras autoridades no han claudicado; por el contrario, han permanecido firmes, decididas a continuar blindando a nuestro querido Coahuila. Por ningún motivo se debe permitir el ingreso de quienes tanto daño nos hicieron en los años más terribles que imaginamos vivir.

Hablar del tema de inseguridad es algo realmente preocupante. Situación que inquieta y lastima a quienes hemos padecido de alguna manera el daño irreversible de una violencia sin límites.

Por lo vivido en años anteriores en nuestras ciudades, nos conmueve y preocupa la grave situación que hoy padecen cientos, miles de familias en sus comunidades ante la amenaza de las bandas criminales. Mafias que se han ido apoderando de los pueblos sin que haya autoridad alguna que ponga un alto a tanto atropello.

La presencia de individuos sin escrúpulos es verdaderamente inaceptable. Como inaceptable es que se permita el despojo del patrimonio, el secuestro, la desaparición de personas y que se cometan los crímenes más atroces.

Pueblos fantasmas van quedando de una violencia que pudo frenarse a tiempo y no se hizo desde el gobierno federal, por una política errónea en cuanto a seguridad se refiere.

Se ha perdido un tiempo importante para poner orden donde se exigía hacerlo. No hay excusa para el fracaso; se entregaron plazas y ni siquiera vale la expresión “presenten pruebas”. Las pruebas más fehacientes están ahí en los desaparecidos, en las torturas, en la invasión de quienes destruyen porque no aman a su país, mucho menos sienten respeto por las personas, por los seres humanos.

¿Aún así pretenden continuar en el poder? ¿Continuar con la destrucción del país? “Cualquier grupo, ya sea mexicano o extranjero, que atente contra la soberanía y tranquilidad del país o que ocasione disturbios y genere violencia, deberá ser tratado como enemigo de acuerdo con las más nobles leyes de las armas y debe ser atacado y eliminado antes de que constituya un peligro para la nación”. Palabras que se atribuyen al General Porfirio Díaz.

En vez de salir en defensa de nuestro país, de los pueblos en riesgo, se prefirió privilegiar los acuerdos con grupos criminales. “Abrazos, no balazos”. ¡Por favor!

Verdaderamente insultante y sospechoso que se retiraran los recursos económicos para que cada entidad hiciera frente a la delincuencia. Los abrazos para quienes hacen daño a los ciudadanos, los balazos para la gente trabajadora y honesta. Y como si fuera poco, también para quienes exponen su vida diariamente y salen con entrega y pasión a tratar de poner orden.

Me refiero, por supuesto, a elementos de las diferentes corporaciones de seguridad a quienes, de alguna manera, les han “atado las manos” al impedirles actuar como deberían hacerlo.

Se tuvo la oportunidad de empezar a trabajar con verdaderas estrategias de seguridad, porque la violencia ya dejaba ver el peligro en que nos pondría a todos los mexicanos.

Sin embargo, nada se hizo, al contrario, se protegió el “avance” de verdaderos criminales y se dejó a las entidades federativas sin recursos para combatir a los delincuentes.

Uno de esos estados fue el nuestro, Coahuila, al que la federación le arrebató millones de pesos. No obstante, gracias al Ing. Miguel Riquelme e Ing. Manolo Jiménez, anterior y actual gobernador, respectivamente, preocupados por la tranquilidad de los ciudadanos, se implementaron políticas muy diferentes a las del gobierno federal.

Cuando se quiere, se puede. A pesar del recorte presupuestal, el trabajo en equipo ha sido factor determinante para llegar a donde estamos. La seguridad requiere de una buena estrategia y planeación, de arduo trabajo, decisión, coraje y mucho valor de las distintas corporaciones del estado y de nuestras Fuerzas Armadas. El reconocimiento va, por supuesto, para todos ellos por su esfuerzo diario.

El reconocimiento también para el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, por haber logrado mantener la tranquilidad en su estado. Mérida, la blanca, la bella, una de mis ciudades preferidas. Gente buena y amable que acoge al visitante y lo hace sentir en casa.

México es un país maravilloso, golpeado injustamente por la violencia y la inseguridad. No perdamos la esperanza para que a sus ciudades regrese la paz tan anhelada.— Piedras Negras, Coahuila.

cholyngarza@yahoo.com

Periodista

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