Con tan solo cinco episodios, la miniserie de Netflix“Nadie nos vio partir” es un retrato de una realidad dolorosa para muchas familias, desde mucho antes de que la violencia vicaria fuera nombrada o incluso legislada.

La historia cuenta el viaje de una madre, Valeria Goldberg (interpretada por Tessa Ia)por encontrar a sus hijos, Tamara e Issac, a quien su padre Leo Saltzman (Emiliano Zurita), con engaños e influenciado por su familia, sustrae de forma ilegal del país, sin conocimiento de Valeria.

El conflicto llega al ser una historia situada en los años 60’s, donde la violencia vicaria (violencia de género por la cual los hijos e hijas instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres) no era reconocida, pues no era catalogado como secuestro el hecho de que un padre sacara del país a sus hijos sin el consentimiento de la madre.

Basada en la novela homóloga lanzada en 2020, la historia sigue el viaje de los menores de edad con su padre a través de Europa y su llegada a Sudáfrica en medio de un conflicto de segregación y de donde tienen que huir al verse su padre involucrado en asuntos políticos. Es entonces que llegan a Israel a vivir en un Kibutz, donde deben adaptarse a la cultura y a ser educados lejos de su padre en la comunidad. En tanto, su madre Valeria mantiene su búsqueda y lucha porque las autoridades intervengan y reconozcan el secuestro.

La historia real detrás de “Nadie nos vio partir”, de Netflix

Marion Sirot, interpreta a la pequeña Tamara, y Alexander Varela  a Isaac. Foto de Internet

El libro es un testimonio de la propia Tamara Trottner, quien tenía apenas cinco años cuando su padre decidió sacarla del país junto a su hermano, bajo el engaño de que les llevaría al Valle de Bravo.

No obstante, en una entrevista citada por Vogue México, Tamara cuenta que sus padres habían estado separados desde que ella tenía un año, pero no fue sino hasta después de su cumpleaños número cinco que su padre, influenciado por su familia, decidió sacarlos del país.

Aunque la serie de Netflix resume en tan solo cinco episodios lo que Tamara y su hermano vivieron en varios años, en entrevista con Maxine Woodside en “Todo para la mujer”, la autora relató todo lo que sucedió después y qué fue lo que sucedió en realidad, y que por cuestiones de narrativa la serie de televisión omitió.

Por ejemplo, narra que algunos de los países que atraviesan en la serie responden a narrativa, aunque es verdad que su padre los llevó a Francia, Sudáfrica e Israel, aunque no así Portugal.

Además, señala que Netflix se tomó la licencia de romantizar el momento en que su padre finalmente se libera de su propio yugo paternal entregando a sus hijos con su madre.

Tamara Trottner admite que un tribunal de Israel ordenó su regreso a México, pero eso no dejó tranquila a su madre, quien junto a su familia tomó la acción de contratar un comando armado que irrumpió en la casa donde se encontraban escondidos y a punta de pistola los regresaron junto a su mamá.

“Claro que esa fue otra experiencia traumática para un par de niños, pero estamos hablando de otros tiempos”, admitió Tamara, quien en 2024 lanzó lo que sería un “spin-off” de esta historia con “Pronunciaré sus nombres”, que narra la huída de sus abuelos y su llegada a México como migrantes.

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¿Qué pasó después de “Nadie nos vio partir”?

Al final de la serie nos cuentan que tanto Tamara como Isaac no volvieron a ver a su padre sino hasta 20 años después de los hechos narrados.

Tamara incluso compartió que su padre se casó otra vez y se volvió a divorciar, tras mudarse a los Estados Unidos, donde también radica su hermano mayor. Relata que incluso su padre tenía hijos de la misma edad que los suyos cuando se reencontraron.

Señaló que este reencuentro tuvo lugar después de la muerte de su abuelo paterno, justamente en el funeral que ella aprovechó para hablar con él.

Admite que pese a los años, aún había heridas qué sanar entre ambos y, aunque el tiempo que compartieron fue breve antes de la muerte de su propio padre, señala que el perdón fue clave en su relación.

En cuanto a la relación con su familia paterna, que en la serie se retrata como complicada, luego de que su tía se viera involucrada al participar en su secuestro, luego de descubrir que su esposo le era infiel con su cuñada; Tamara dice que tiene muy buenos recuerdos de ella, pues siempre fue atenta con ellos e incluso, al morir su padre, les llamó para decirles que éste les había dejado una herencia.

Además, contó que el amor entre su madre y Carlos duró hasta el último aliento de éste, siendo una de las relaciones más extraordinarias que ha conocido.

“Nadie nos vio partir” y la violencia vicaria

Tamara Trottner también admite que nunca pensó que esta vivencia en su infancia abriría el diálogo alrededor de la violencia vicaria, que en aquel tiempo ni siquiera era reconocida como tal ni se encontraba en las leyes.

Reconoce que justamente por eso su padre pudo continuar con su vida, sin sanciones, algo que hoy se consideraría impensable.

Señala que fueron varios años de terapia los que le permitieron sanar esos episodios traumáticos que le dejó el secuestro de su propio padre, por lo que hoy, cada que recibe el mensaje de una madre que se dice inspirada a seguir luchando por su relato, agradece que Netflix se fijara en su historia, para llevarla a muchos más lugares.