Entra Jesús a Jerusalén

La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén fue conmemorada ayer, en el Domingo de Ramos en la Catedral de Mérida, ante cientos de personas que colmaron el máximo templo católico en Yucatán.

Con el Domingo de Ramos dio inicio la Semana Santa, con la bendición de huanos y procesión, desde la Iglesia de Santa Lucía hasta la Catedral.

La tradición tuvo una pequeña modificación, ya que la procesión no se realizó sobre la calle 60 del Centro, en sentido contrario, sino sobre la 58, debido a los trabajos de remozamiento que se están realizando en la 60.

En la procesión caminaron el obispo Pedro Mena Díaz, el presbítero Juan Pablo Moo Garrido, rector de la Catedral, y otros sacerdotes.

Como es tradición, la procesión incluyó la imagen de Cristo sentado en un burro, en una estructura movible jalada por custodios.

Detrás y al lado de la imagen del Nazareno caminaron varias decenas de personas con los huanos ya benditos, recordando el pasaje bíblico de la entrada de Jesús a Jerusalén como el Mesías.

En el trayecto al centenario templo se escuchó el canto “Viva Cristo Rey”.

La procesión llegó a la Catedral después de las ocho de la mañana y en el interior se realizó una procesión.

La antigua imagen de Jesús en burro fue colocada a un costado del altar.

Luego, la ceremonia del Domingo de Ramos continuó con las palabras iniciales del obispo Pedro Mena.

La misa incluyó la proclamación de las lecturas y el salmo. La lectura de la Pasión de Jesucristo según San Marcos se hizo en tres atriles, con los padres Juan Pablo Moo, José Manuel Romero Estrella y el diácono Permanente Fernando Bermejo.

Monseñor Pedro Mena leyó la homilía de la misa que escribió el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega, para este Domingo de Ramos.

El prelado recordó que el arzobispo sufrió un accidente hace unos días y estaba convaleciente de las lesiones, por lo que le pidió encabezar las celebraciones de la Semana Santa en la Catedral.

Homilía

El documento que leyó dijo que “en Semana Santa se celebrará el misterio Pascual y la procesión que se suele hacer aclamando a Cristo Rey no es mera costumbre popular, sino la actualización anual de un acontecimiento que nos recuerda cómo fue recibido Jesús en su última entrada a Jerusalén, entre gritos y aclamaciones de sus discípulos, de los niños y de la gente sencilla que gritaba ‘bendito el que viene en el nombre del Señor, el rey de Israel’”.

“Se trata de un hecho atestiguado en los santos evangelios y hoy se puede escuchar la narración según San Marcos o según San Juan. Además, el mismo Evangelio de Juan recuerda que este momento ya había sido anunciado por el profeta. Decía que su rey vendría montado en un burrito”.

La homilía del arzobispo decía también que hay muchos seudoprofetas que hoy en día, como siempre, intentan anunciar cosas sobre el futuro, sobre todo cosas de orden religiosos y catastrófico.

“No hagamos caso de estos alarmistas, que los ha habido siempre. “Ya bastante tenemos con los que sucede en la realidad como para creer en presagios de calamidades”.

“Tanto la Encarnación como la vida, Pasión y muerte de Jesús se ven reflejadas en el libro de Isaías y la Pasión como tal se ve a anunciada con santo y seña, de todo lo que sufrió Jesús”.

“Hoy por ejemplo dice ‘ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba, no aparté mi rostro de los insultos y salibazos’”.

“Las profecías que han anunciado a Jesús sirvieron para predicar el Evangelio, para convencer a quienes conocían la Sagrada Escritura de que él era El Mesías”.

El documento de la homilía del arzobispo también decía que “aprendamos en medio de las grandes angustias que al final siempre contemplaremos el gozo de alabar al Señor”.

En la misa también se recordó que el viernes pasado se unieron todas las iglesias de Latinoamérica y el Caribe orando por Haiti.— CLAUDIA SIERRA MEDINA