Escultura de Jorge Otero-Pailos que forma parte de la muestra “Analogue Sites”, instalada en Park Avenue, Nueva York
Escultura de Jorge Otero-Pailos que forma parte de la muestra “Analogue Sites”, instalada en Park Avenue, Nueva York

NUEVA YORK (EFE).— El artista español-estadounidense Jorge Otero-Pailos desveló en Nueva York tres esculturas de acero forjadas a partir de las verjas de una embajada modernista del siglo pasado, unas obras con las que busca reivindicar el valor cultural de estos lugares históricos en riesgo de desaparición.

Otero-Pailos (Madrid, 1971) entrelaza las barras rectas que rodeaban la antigua embajada de Estados Unidos en Oslo —recién abierta tras una renovación en la que ha participado— en la exposición “Analogue Sites”, instalada en Park Avenue, vía que acoge numerosas instituciones de intercambio cultural.

“Es una forma de preservación experimental de la historia de la red de embajadas que Estados Unidos construyó alrededor del mundo después de la Segunda Guerra Mundial, que eran centros culturales”, explica el escultor, arquitecto y académico, cuya práctica es “salvaguardar” monumentos.

Otero-Pailos cuenta que las obras forman parte de un proyecto que nació hace una década, cuando se enteró de que las embajadas estadounidenses se estaban vendiendo, muchas siendo demolidas o alteradas, y comenzó un proceso de investigación en la Universidad de Columbia, donde es director y profesor de Preservación Histórica.

Junto a sus alumnos planteó “cómo salvar y dar un nuevo futuro a estos edificios que tienen tanto potencial como centro cultural”, y finalmente formó parte del equipo que preservó la embajada en Oslo, reabierta en noviembre de 2023 después de cuatro años de trabajo.

Relata que se pudo preservar la mayor parte del edificio pero no la verja, que para él tenía gran importancia por simbolizar el sentido de “cancillería” clásico, de embajada como lugar de intercambio cultural, que asegura se está perdiendo.

“Decidí estudiar en EE.UU. un año y ese año se convirtió en el resto de mi vida”, recuerda el artista, a quien acompañan su socia y directora de su estudio, Laurence Laffargue, y representantes del Queen Sofia Spanish Institute y el Consulado General de España, que han financiado la exposición junto a otras entidades.

“Los dos somos inmigrantes de primera generación. Hay 46 millones de inmigrantes de primera generación en este país que tienen una experiencia con las embajadas, y para nosotros tienen un lugar especial en nuestro corazón, porque de alguna manera somos producto de ellas”, apostilla Laffargue.

En ese sentido, Otero-Pailos espera que las esculturas, dos de ellas situadas enfrente del histórico edificio de Park Avenue Armory, sirvan como “un punto de entrada a un diálogo más amplio sobre la preservación del pasado y a imaginar cómo puede ser la diplomacia del futuro”.

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