El gran violinista Yehudi Menuhin de niño y de adulto
El gran violinista Yehudi Menuhin de niño y de adulto

Uno de los niños prodigio de la música más famosos del mundo es Wolfgang Amadeus Mozart, quien comenzó a mostrar su don musical cuando tenía solo tres años. El prodigioso compositor austríaco comenzó a escribir su primera sinfonía en 1764, cuando tenía tan solo 8 años de edad.

De cara al Día del Niño, que se celebra mañana, ofrecemos una breve compilación de algunos de los niños prodigio más sobresalientes del siglo pasado:

1.— Yehudi Menuhin (Nueva York 1916-Berlín 1999)

Yehudi Menuhin fue un violinista prodigioso que deslumbró al público desde una edad temprana. Nació en Nueva York en 1916 de padres judíos rusos, pero pasó la mayor parte de su carrera en Gran Bretaña.

A los tres años, Yehudi Menuhin acompañaba a sus padres cuando éstos asistían a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de San Francisco.

El sonido del violín de Louis Persinger encantaba tanto al pequeño que insistió en tener uno en su cumpleaños y que Persinger fuera su profesor. Menuhin obtuvo ambas cosas y a la edad de diez años ya era un intérprete de fama mundial.

En las primeras líneas del tercer capítulo de su libro autobiográfico “Viaje inacabado”, titulado “La vida en familia”, el maestro enfoca cómo veía el mundo desde sus prismas de niño, cómo lo interpretaba, qué pasaba por su mente superdotada. “Creo que los niños se enfrentan a la conciencia más fácilmente que los adultos. Todavía cercano a su punto de partida y suficientemente despierto para maravillarse, un niño puede abstraerse de las circunstancias de cada día y adentrarse en la realidad previa al nacimiento”, recoge Yehudi sobre esos primeros diez años de su existencia.

Mente privilegiada para la música y en particular para el violín, Yehudi Menuhin admite que su yo niño “deseaba fervientemente tocar el violín y con mi interpretación poder expresar alegría y añoranza. Y no es menos verdad que también era capaz de mostrar intensos sentimientos, intereses, preocupaciones o afrentas, dependiendo de las circunstancias”.

Yehudi solo fue un día a la escuela, a los cinco años, y el perjuicio que le trajo fue perder la sociabilización con otros niños. “Fuimos educados en casa. ¿Qué perdimos a cambio? Obviamente perdimos la relación con otros niños”.

2.— Yevgueni Ígorevich Kisin (Moscú, Rusia, 10 de octubre de 1971)

Evgeny Kissin deslumbró a todo el mundo con su virtuosismo al piano desde muy temprana edad. El prodigio soviético ha transitado de la infancia a la madurez con una trayectoria impresionante.

Moscovita de nacimiento, pronto se reveló como un niño prodigio —a los 11 años debutaba a lo grande en su ciudad— que tocaba de oído.

Kissin dejó Rusia a los 20 años tras deslumbrar a Occidente de la mano de Valery Gergiev, Herbert von Karajan o Zubin Mehta. Se nacionalizó británico, luego israelí. Hoy reside en Praga, tiene 53 años y está casado con su amiga de la infancia.

A la temprana edad de tres años Kissin ya comenzaba a tocar el piano. A los seis años ingresó en la prestigiosa Escuela Estatal de Música Gnessin de Moscú, en la cual destacaba respecto a los demás jóvenes de su edad. Su debut con orquesta lo realizó cuando contaba diez años, interpretando el concierto KV 466 de Mozart.

“Desde niño siempre amé la música y quise tocarla; eso era lo único que me importaba. Nunca me he esforzado por ser famoso, y cuando era joven me resultaba casi doloroso físicamente que la gente me reconociera por la calle o en las actuaciones de otros músicos: no me gustó en absoluto. Espero que no se ofendan si les digo que nunca me gustó dar entrevistas y que siempre lo hice solo cuando y porque mis agentes me lo pidieron”, declaró en una ocasión.

Kissin es un talento que conmueve con honestidad romántica y que conserva el aura que lo acompañó cuando era niño.

3.— Midori Goto (Osaka, Japón, 1971)

Nada más tierno que las primeras imágenes de Midori de niña. Era un pedacito de persona con un tremendo talento.

Su madre, Setsu Goto, era violinista profesional. Setsu llevaba regularmente a la joven Midori a los ensayos de su orquesta, donde la niña dormía en la primera fila del auditorio mientras su madre ensayaba. Un día, Setsu escuchó a Midori, de dos años, tarareando un concierto de Bach que había sido ensayado dos días antes. En el tercer cumpleaños de Midori, Setsu le dio un violín y comenzó a darle lecciones.

Midori dio su primera actuación pública a la edad de seis años, interpretando uno de los 24 Caprichos de Paganini en su Osaka natal. En 1982, ella y su madre se mudaron a Nueva York, donde Midori comenzó sus estudios de violín. Ahí debutó a los 11 años de edad, en la Gala de Año Nuevo de la Filarmónica de Nueva York de 1982, dirigida por Zubin Mehta.

En 1986, su actuación en el Festival de Música de Tanglewood, con Leonard Bernstein dirigiendo su propia composición, llegó a los titulares de primera plana del periódico “The New York Times”.

4.— Sarah Chang (Filadelfia, Estados Unidos, 10 de diciembre de 1980)

Chang fue reconocida como niña prodigio desde que era muy pequeña, y cuando tenía 8 años tuvo la oportunidad de tocar para nombres tan importantes de la música como Zubin Mehta y Riccardo Muti, quienes trabajaban con la Orquesta Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de Filadelfia, respectivamente. A los 9 años era la violinista más joven en grabar un disco. Jascha Heifetz, otro famoso niño prodigio, grabó cuando tenía 11 años.

Sarah audicionó en la Academia Juilliard de Música cuando tenía 6 años.

Fue admitida a la clase de Dorothy DeLay, maestra de violín de algunos de los más grandes violinistas del mundo, como Itzhak Perlman, Midori, Gil Shaham y Shlomo Mintz.

5.— Sergei Polunin (Jersón, Ucrania, 20 de noviembre de 1989)

El ucraniano se inició en la gimnasia antes de pasarse al ballet a los ocho años y asistió al Instituto Coreográfico Estatal de Kiev. Tras graduarse, ingresó en la Escuela Real Británica de Ballet a los 13 años, en 2003.

Polunin ha recibido numerosos premios, entre ellos el Gran Premio de Lausana y el Youth America Grand Prix en 2006, y en 2007 fue nombrado Joven Bailarín Británico del Año. En 2010, con 20 años, Polunin se convirtió en el bailarín principal masculino más joven del Royal Ballet.

A Sergei Polunin se le ha comparado con el mismísimo Rudolf Nureyev, con una técnica e interpretación brillantes pero una personalidad controvertida. Ha incursionado también en el cine y el modelaje.

6.— Daniil Simkin (Novosibirsk, Rusia, 12 de octubre de 1987)

Es un bailarín ruso criado en Alemania. Sus padres Dmitri Simkin y Olga Aleksándrova también son bailarines. A diferencia de la mayoría de los ejecutantes profesionales, Simkin no asistió a una escuela de ballet. Recibió clases en privado de su madre y fue ganando experiencia en el escenario mediante su participación en producciones de danza clásica en Wiesbaden cuando era niño. En su adolescencia ganó el primer premio de varios concursos de danza internacionales.

El primer trabajo profesional de Simkin fue con el Ballet de la Ópera Estatal de Viena, desde 2006 hasta 2008. En ese tiempo hizo su debut en un papel principal como invitado del Ballet Nacional de Lituania. En 2008 se convirtió en solista en el American Ballet Theatre de Nueva York. Es un habitual del circuito internacional de galas.

7.— David Garrett (Alemania, 4 de septiembre de 1980)

Comenzó a recibir lecciones de violín a la edad de 4 años y rápidamente destacó por su habilidad técnica y su expresividad musical. A los 10 años, Garrett ya había realizado su primer concierto como solista con la Filarmónica de Hamburgo.

A los 13 años de edad firmó un contrato de exclusividad con la discográfica Deutsche Grammophon. También a esa edad decidió cambiar su nombre artístico y tomar para ese efecto el apellido de su madre.

Estudió en renombradas instituciones como el Conservatorio de Música de Lübeck y la Academia Juilliard en Nueva York. Ha actuado con la Filarmónica de Berlín, la Orquesta Sinfónica de Londres y la Orquesta Filarmónica de Nueva York. También ha colaborado con reconocidos directores de orquesta como Zubin Mehta y Claudio Abbado, pero es más famoso por sus conciertos masivos en los que combina música clásica y rock.

En una autobiografía, recientemente publicada, dice que nunca echó nada de menos en su infancia de niño prodigio y que no se arrepiente de nada.

Garrett tocó en la final de la Liga de Campeones de la UEFA 2011-2012, en Múnich, acompañando al tenor alemán Jonas Kaufmann en su interpretación desde el terreno de juego del himno de la competencia de fútbol europea, producido por Matt Clifford.— Patricia Eugenia Garma Montes de Oca

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