En la vida adulta, debemos tener ya una idea clara, elaborada y consciente de cómo es el mundo y de nuestra autopercepción de la realidad, es decir, de cómo interpretamos y evaluamos todo lo que ocurre en nuestra vida.
Esa idea suele ser más estructurada y sólida que cuando jóvenes, pero aun en la adultez, cuando descubrimos que tenemos apegos inseguros, a saber: ansiosos, evitativos o desorganizados, hasta los más petrificados en nuestra mente y comportamiento, podemos liberarnos de ellos si así lo decidimos.
El primer paso para el cambio es identificar en qué tipo de apego estamos basando nuestras relaciones actuales y una vez que identificado, podemos modificarlo.
El segundo paso, es ubicar creencias y patrones de pensamiento que nos lleven a tener un apego inseguro, por ejemplo, si creemos que no somos suficientemente buenos y capaces para ser exitosos, será necesario sustituir tal creencia irracional con un pensamiento adaptativo y amigable por medio del pensamiento alternativo para sanar nuestra autoestima y autoconfianza.
Aclaremos que un apego inseguro ahora en la adultez no significa que nuestro apego en la infancia haya sido igual. Hay muchas variables que afectan la forma en la como nos relacionamos hoy en día, desde situaciones traumáticas, experiencias frustrantes y de pérdida, hasta relacionales tóxicas.
Si actualmente hay relaciones que duelen y desgastan o que no funcionan, revisa el estilo de apego en el que estás basando tus relaciones con las personas y con las cosas porque, sin duda, ahí está el detalle.
Psicólogo clínico, UVHM. Tutor Salud Mental y Espiritualidad para Adultos. WhatsApp: 999-346-62-06. Tutor Salud Mental