El padre Emilio Suberbie Aguirre pronuncia un mensaje en la misa de exequias del hermano Pablo, ayer
El padre Emilio Suberbie Aguirre pronuncia un mensaje en la misa de exequias del hermano Pablo, ayer

Un sentido adiós con la esperanza en la vida eterna dio ayer la comunidad educativa marista al hermano Pablo Hernández García, fallecido la tarde anterior.

En el auditorio que lleva el nombre del religioso en la Universidad Marista se ofició misa de exequias con la asistencia de hermanos de la congregación, encabezados por Eduardo Navarro de la Torre, animador de la casa local; familiares (sus sobrinos Valadez Hernández) y el rector Ermilo Echeverría Castellanos, profesores, alumnos y demás personal de la institución académica.

El deceso ocurrió en la fiesta litúrgica de la Ascensión y en el marco del 125o. aniversario de la llegada de los Hermanos Maristas a México. Yucatán fue una de las primeras tierras adonde se dirigieron los religiosos.

La celebración eucarística fue presidida por el padre Jorge Carlos Menéndez Moguel, capellán de la universidad. Celebraron con él los sacerdotes Emilio Suberbie Aguirre, misionero del Espíritu Santo y cocapellán de la Marista; Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis y egresado del Centro Universitario Montejo, y el diácono permanente Omar Buenfil Guillermo.

La ceremonia incluyó cinco mensajes, de los cuales tres se pronunciaron en el momento de la homilía y dos al final de la misa.

El padre Jorge Carlos Ménendez dijo que cuando se piensa en la vida religiosa no puede dejar de evocarse la consagración de don Pablo, “religioso ejemplar”.

Fue un religioso con “tanta abnegación, con tanto cariño, tanta entrega, con tantos sacrificios, sí, pero también con tanta alegría”.

“Nuestra formación marista tiene el ADN de don Pablo”, aseguró.

El padre Jorge Martínez indicó que todos los exalumnos maristas tienen un testimonio de don Pablo. “Todos nos llevamos algo de él”.

“Mi vocación sacerdotal se gestó por la comunidad marista”, subrayó. “El recuerdo que tengo de don Pablito es su presencia sobria, seria pero sólida, constante, frecuente”.

El padre Emilio Suberbie recordó que el hermano Pablo lo invitó a acompañar los primeros pasos de la Universidad Marista en Mérida. “Siempre fue modelo de esperanza, de fortaleza, que dio origen a lo que hoy podemos disfrutar, este campus tan hermoso; fue por la perseverancia de Pablito”.

Antes de concluir la celebración, el hermano Eduardo Navarro dio un mensaje en nombre de la comunidad marista, en el que reveló que en los últimos días acompañaron al hermano Pablo en su agonía.

En su “Regla de vida”, agregó, Marcelino Champagnat se refiere a los hermanos enfermos o moribundos como fuente de bendición. “Un gran número de hermanos estará esperando para acogerte y abrazarte, experimentarás la felicidad de morir como miembro de la familia de María”.

A su vez, el rector reiteró a nombre de la universidad y propio las condolencias a los hermanos maristas y la familia de Pablo Hernández García. “Las condolencias son recíprocas, todos nos quedamos con un pedacito de don Pablo”.

Antes de concluir la misa, el padre “Manito” asperjó agua bendita en el féretro.

Como informamos, el hermano Pablo falleció anteayer, después de breve dolencia, a la edad de 96 años.

Nació el 30 de junio de 1927 en Arandas, Jalisco. El 11 de diciembre de 1939, a la edad de 12 años, entregó su vida para formarse y servir en el proyecto educativo de San Marcelino Champagnat. En 1944 hizo sus primeros votos y en 1950, la profesión perpetua.

En 1975 llegó por primera vez a Mérida como subdirector del CUM, donde permaneció hasta 1983. Regresó para el período de 1994 a 1996 y ese año fue nombrado por el hermano provincial Antonio Cavazos Bueno como acompañante y asesor de la rectoría en el proceso de fundación de la universidad.

El cuerpo fue velado de manera privada en la Casa Marista de Chuburná, luego de la misa en la universidad. Sus restos fueron cremados y sus cenizas serán trasladadas a una capilla en Guadalajara donde descansan los restos de otros hermanos fallecidos en este país. Aún no hay fecha de traslado.— CLAUDIA SIERRA MEDINA

Exequias Detalles

Antes y después de la misa numerosas personas se acercaron al féretro.

Honoris Causa

Sobre el ataúd con los restos del hermano Pablo se colocaron un distintivo de la Universidad Marista y la banda que el religioso recibió cuando le fue conferido el Doctorado Honoris Causa de la casa de estudios, junto con el arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong y el hermano Manuel Franco Jáuregui (Chiquilín).

Mensajes

En los cinco mensajes pronunciados en la ceremonia se recordó la entrega del hermano Pablo a la misión de San Marcelino Champagnat, su aportación a la comunidad local y su personalidad como hombre que escuchaba y daba mensajes contundentes.

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