En estas fechas, entre brindis, cierres y buenos deseos, muchos nos preguntamos: ¿qué logré este año?
Sin embargo, la pregunta que más me ha sacudido es otra: ¿quién fui este año?
Porque al final, somos lo que hacemos, no lo que decimos que haremos.
Un servidor está cerrando el año revisando mi agenda, mi enfoque y mi energía. Y tras muchas conversaciones con mentores, amigos y equipos que acompaño como consultor, coincidimos en una verdad simple: tu agenda es la receta de tu vida.
¿A qué le diste tiempo este año? ¿Qué te gustaría cambiar en 2026?
Esta columna es la primera de una serie de tres. Te comparto el inicio del proceso que uso con mis clientes, la empresa, asesores y conmigo mismo para cerrar con claridad y empezar con fuerza las etapas.
El punto de partida no son los propósitos entusiastas sino la identidad.
¿Qué pasaría si, antes de hacer una lista de propósitos, definieras con claridad quién quieres ser? No es lo mismo decir: “Quiero dejar de fumar”, que decir: “Soy alguien que ya no fuma”.
No es lo mismo intentar que decidir. No se trata solo de anotar metas, sino de convertirte en el personaje que puede lograrlas.
Si quiero ser un buen esposo, un papá presente, un emprendedor disciplinado y un deportista constante, eso no se logra con intención: se logra con agenda. Con coherencia. Con actos.
Si tienes una receta clara y la sigues, el resultado está asegurado. Así de sencillo.
En las próximas semanas hablaremos de cómo construir identidad y cómo crear una agenda funcional, no emocional. Porque los propósitos no se cumplen solo con motivación, sino con una estructura.
Si esta columna te movió, escríbeme. Estoy formando una comunidad de personas que quieren vivir con intención, vender sin vender y construir una vida con propósito.
Soy Alejandro Granja Peniche, y te invito a que estos últimos días del año no solo sean de reflexión, sino también de decisión.

