Son canciones populares, contagiosas, que son una alabanza al nacimiento de Jesucristo y se entonan en las fechas decembrinas, comúnmente se denominan villancicos. Esas melodías en un principio las cantaban los aldeanos, narraban hechos cotidianos y eran compuestas en la lengua nativa para que el pueblo las pudiese interpretar.
La palabra villancico tiene su origen en el castellano medieval y proviene del latín “villanus”, que significa campesino o habitante de una villa, es decir, eran personas lugareñas de baja posición social, no de la nobleza y su concepto literal es: canto de los villanos o canción del pueblo. En la obra “El gran libro de los villancicos”, la autora Silvia Iriso hace un amplio estudio de ese género y señala que la Iglesia vio en ese tipo de melodía la fórmula para difundir y propagar su mensaje y componer canciones inspiradas en la figura de Cristo y la Virgen María.
Así, fue precisamente en el Renacimiento que se empieza a interpretar ese género de melodías en la Navidad. En España se compusieron con temas sacros y con la conquista de América llegan esos cantares a nuestro continente, consolidándose como símbolo de la Navidad y es precisamente en esa época del año cuando se hicieron populares.
En diciembre, las calles, hogares y centros comerciales se adornan con luces de colores, pero es necesario que la nostalgia y el sentimiento navideño afloren en nuestros corazones y eso se logra con esos cánticos religiosos. En la actualidad no se puede concebir esa festividad sin esas tonadillas que se tocan en todo el mundo y que nos recuerdan que la Navidad ha llegado.
El villancico más conocido, cuyo autor es un sacerdote austríaco y que todos hemos vocalizado alguna vez, es “Noche de paz”. En México quién no ha cantado “Los peces en el río” o “Campana sobre campana” y en el país del Norte su más famoso es “Jingle Bells”. Hoy por hoy esa cantaleta es parte de nuestra historia y cultura, esperemos que esa tradición nunca desaparezca.
A mis lectores les deseo una feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo. Retornaré en febrero.
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