Los médicos trataban ayer de salvar la vida a las personas que resultaron gravemente lesionadas en un voraz incendio en el Bronx de Nueva York.
El alcalde Eric Adams aclaró que fueron 17 los fallecidos el domingo, no 19 como se dijo, pero advirtió que varios sobrevivientes seguían en condición crítica y el saldo de muertes podría aumentar. “Estamos rezando a Dios para que sobrevivan”, añadió.
El incendio en el edificio, de 19 niveles, se debió a un calentador defectuoso y a las corrientes de aire.
