A poco más de un mes de distancia de que sea inaugurado, el Gran Parque La Plancha presenta importantes avances en su conformación mientras el personal se afana en ultimar detalles para dejar todo listo.
Será el 19 de noviembre próximo cuando se lleve al cabo la inauguración del espacio, un proyecto largamente acariciado por la comunidad y que ahora cristaliza con la promesa de convertirse no sólo en un importante punto de reunión, convivencia y esparcimiento familiar y popular, sino también un pulmón para la capital yucateca.
Esta semana el trabajo en el lugar se ha diversificado, hay muchas personas laborando en la construcción de aceras a ambos lados de la calle 48 y en la siembra de arbolitos, arbustos, plantas y césped en áreas verdes, jardineras y maceteros.
Sobresale de entre todo el conjunto el andador de dos niveles ubicado de manera paralela a la calle 48.
Carros de ferrocarril, de pasajeros y carga, predominan en la decoración, además habrán puertos de estacionamiento para bicicletas, cajones de estacionamiento en batería, juegos infantiles, equipos de gimnasio, zonas de toldo, bancas y otras amenidades.
El parque corre desde los límites con la ex estación de ferrocarriles (UNAY) hasta lo que fue el parque “Artículo 123 Constitucional” y se extiende hasta el espacio que ocupa el Museo de la Luz y el Museo de los Ferrocarriles, que limita con la calle 39 de El Fénix.
Han pasado más de 15 años desde que los precursores de la idea de este espacio, algunos de ellos ya fallecidos, como Félix Rubio Villanueva, comenzaron a promoverle en diversos sectores educativos de nivel superior, gubernamentales y de la sociedad civil; tuvieron que pasar dos administraciones estatales para aterrizar el proyecto el cual se concretizará luego de más de un año de trabajo.
Los precursores se dieron a la tarea de limpiar y sembrar árboles en la acera oriente de La plancha sobre la calle 46; el concierto que ahí ofreció la cantante colombiana Shakira durante la administración de la alcaldesa Angélica Araujo dejó en claro el potencial que el espacio podía ofrecer como centro de esparcimiento popular; con el respaldo de las empresas ferrocarrileras que brindaron diversas facilidades, el terreno fue sede de diversos eventos como la instalación de ferias.—Emanuel Rincón Becerra