Ven aciertos en la política federal del gasto público

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho bien su trabajo en materia de gasto público y manejo de la deuda pública en su sexenio que está por concluir, pero quitó recursos para infraestructura, educación y salud en detrimento del desarrollo social y económico de la gente, manifestó el doctor en economía Fausto Hernández Trillo, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

Durante su conferencia virtual “El gasto público en perspectiva 2018-2024”, que organizaron los doctores Gabriel Alejandro Rodríguez Cedillo e Idalia de los Santos Briones, de la Universidad Autónoma de Yucatán, en el marco del Foro Internacional de Finanzas Públicas, el doctor Hernández Trillo destacó que todos los países del mundo tienen libertad de manejar el gasto público del gobierno federal, pero así gane Claudia Sheimbaum o Xóchitl Gálvez la presidencia de México el 2 de junio próximo, por ley hay gastos que no se pueden mover o es muy difícil de cambiar.

Es que así, el 90% del presupuesto del gasto público está comprometido, es decir, 9 pesos de cada 10 ya tiene un destino definido.

Desde la administración del presidente Zedillo el gasto público representaba el 16% del PIB nacional. Con los presidentes Fox y Calderón se elevó a 23% y Peña Nieto le subió dos puntos porcentuales y finalmente lo dejó igual, y esta administración del presidente López Obrador lo subió a 26%. Es decir, le cargó 2.8% más al PIB lo que no es mucho en comparación con los tres presidentes anteriores.

Los gastos programables y no programables pasó del 18% al 26% en este sexenio por las altas tasas de interés “por lo que está bastante bien calculado el gasto público”, si se considera que de 1998 a 2016 creció al doble.

“Mi primer mensaje es que AMLO no aumentó el gasto, sino que fue Peña Nieto”, recalcó el conferenciante. “El gasto corriente de este sexenio está mejor que las administraciones anteriores. Aumentó el gasto en servicios personales alrededor del 5% por los salarios y el pago de pensiones. México es un país que está envejeciendo y cada vez van a pagar más y llegará al 10% del PIB nacional en salarios y pensiones. Este presidente ha hecho bien su chamba”.

El doctor Hernández consideró que la política pública de austeridad republicana de AMLO es más bien demagógico porque apenas representa el 1.1% del PIB, pero depreció la capacidad de la burocracia federal los recortes aplicados.

El plan favorito del sexenio, el desarrollo social, una labor que el conferenciante consideró como loable, subió 1.2% en el gasto público, pero gastó los fondos de estabilización, quitó recursos a educación y salud, en infraestructura, pero eso significó un detrimento para la pobreza, una baja de inversión en infraestructura de apenas 2.6% cuando debió de ser mínimo 6% o 7%, y desarrollo económico que fue de 4.5%, cantidad muy inferior si se considera el gasto que realiza China.

Donde recibió elogio el sexenio obradorista fue en recaudación de impuestos porque México fue el único país latinoamericano que no tuvo baja recaudación, al contrario, lo elevó por el cobro a grandes empresas, contrario a la condonación que hacían otras administraciones.

Ante tanto compromiso político por los programas sociales, que no se pueden modificar, el investigador del CIDE advierte cierta preocupación por los anuncios en las campañas presidenciales porque ya no hay de dónde obtener los recursos para el cumplimiento.

Por ejemplo, ha escuchado de los asesores de Claudia Sheinbaum que podrían aumentar de 35% a 45% o 50% el Impuesto Sobre la Renta, que pondrían impuesto a las herencias que en realidad dejarían poco ingreso y que sería una medida muy mala porque se olvidan que hay contadores y abogados que pueden optar por otras vías legales para evadir ese gravamen.

Otra propuesta es que ya hablan de imponer un impuesto predial federal, que daría apenas 2 puntos porcentuales al PIB y que también como parte de la eficiencia tributaria combatirán la informalidad.

Dice que no está en contra de los programas sociales, como el pago de pensiones a adultos mayores, pero se debe focalizar en aquellas personas que de verdad necesitan el dinero, y no como ahora que hay pensionados del bienestar que cobran jugosas pensiones del IMSS, en Pemex y otras instancias federales y también cobran la pensión de bienestar.

“No molesta que pongan más programas, pero que no sea en detrimento del desarrollo productivo, económico y social”, enfatizó.

Otras propuestas de la candidata oficial Claudia Sheimbaum que le parece irrealizable sin la participación del sector privado, son la construcción de 100 parques industriales y la construcción de 18,000 kilómetros de ferrocarriles. Él cree que Claudia Sheimbaum leyó mal el número sobre los kilómetros de vías férreas porque en todo el sexenio de AMLO y la construcción de los trenes maya, transístmico, el de Toluca fueron alrededor de 1,500 kilómetros, considerando que el trazo del Tren Maya todavía no termina su construcción. Por ello, cree que Claudia Sheimbaum dio el dato incorrecto sobre su proyecto ferroviario, al menos que meta al sector privado.

Insistió que la próxima administración federal deberá resarcir lo que AMLO quitó en inversiones de infraestructura y los programas de educación y de salud.

En referencia a la deuda pública, dijo que no es mala si se invierte en desarrollo productivo, es peor quien no se endeuda porque no tiene interés

de progreso para su estado. Y puso el ejemplo de Oaxaca, Hidalgo y Querétaro que no estaban sobre endeudados, pero tampoco tuvieron obras relevantes, contrario a Jalisco, Nuevo León y Sonora que sí lo estaban porque el primero construyó un metro, el segundo un tren ligero y el tercero una autopista que conectó con Estados Unidos.