Los apicultores requieren invertir de manera constante en equipos, cajas para colmenas y otros implementos para el cuidado de las abejas
Los apicultores requieren invertir de manera constante en equipos, cajas para colmenas y otros implementos para el cuidado de las abejas

El precio de la miel en México es altamente incierto y depende casi por completo de factores externos.

Los productores no tienen control sobre su valor, ya que los mercados europeos lo determinan. Europa fija el precio de referencia y a partir de éste los acopiadores —que actúan como intermediarios— establecen lo que pagan a los apicultores.

En Yucatán, donde trabajan más apicultores es en la zona sur y el mejor productor es Tekax porque, al ser un monte alto y no haber deforestación, se encuentra muy bien conservado.

El punto de unión territorial (conocido como Punto Put) es donde se conectan los estados de Quintana Roo, Campeche y Yucatán. Es una zona donde la selva se encuentra intacta y suele tener una mejor producción de miel.

Raúl Peraza López, apicultor y coordinador de la Red de Rescatistas de Abejas de Yucatán, explica que los apicultores deben invertir constantemente en cajas para colmenas, equipo y azúcar para alimentar a las abejas en épocas de poca floración.

Por ejemplo, una caja completa puede costar entre $600 y $800, mientras que un costal de azúcar ronda los $900.

De igual manera, mantener las colmenas seguras de depredadores como tejones, hormigas o escarabajos implica tiempo y esfuerzo adicionales.

Lo que inviertes es tiempo, “ir al monte, trabajar con las colmenas, cuidarlas, limpiar sus casitas, procurar que la caja esté en buenas condiciones; esto es diario, esto es lo que más cuesta en invertir”, refiere.

Es un factor importante cuidar a las abejitas para que produzcan buena miel.

Para Erik Batún Kumul fue muy complicado manejar los precios de su dulce, al ser una miel medicinal y porque la sequía hizo que hubiera menos floración provocando menos producción.

La revisión diaria de las colmenas, limpiar sus casas y recuperar colmenas perdidas ha sido también más extenuante desde el año pasado.

“Manejo goteros de 15 mililitros, no vendo por litros; un gotero cuesta unos $150. De cada una de nuestras colmenas, si va bien todo, pueden sacarse hasta dos litros de miel al año”.

“Durante la sequía fue un mínimo, pero lo que nos benefició por el momento es tener miel de reserva, planeamos bien la cosecha dejando reservas en las colmenas, lo que perjudicó fue la pérdida de colmenas”.

Para Erik, cada colmena tiene un costo aproximado de $5,000, por lo que al perder siete colmenas la afectación total asciende a alrededor de $35,000.

Para recuperarse de esta pérdida es necesario establecer un precio que no sea excesivo, pero que les permita cubrir los costos y generar ingresos de nuevo.

Los precios

Además de enfrentar plagas y lidiar con los estragos de la sequía, obtener un precio justo por su producción se ha convertido en un desafío constante.

“El precio justo, el ideal debería ser desde $60 el kilo. El proceso suele ser injusto para los productores. Los campesinos cosechan su miel y la llevan a las acopiadoras, donde reciben un precio que en muchas ocasiones es demasiado bajo, llegando a rondar los $20 por kilo”.

“Esta situación ha desmotivado a muchos apicultores, quienes consideran que trabajar bajo estas condiciones ya no es rentable”.

En Yucatán existen unos 14,000 apicultores y un gran porcentaje de ellos ya son personas mayores.

En el mercado, el precio de la miel ronda los $120, pero los apicultores la venden a $60 porque la ofrecen pura y sin filtrar.

El filtrado de la miel tiene un precio adicional. Al no ser filtrada, la miel conserva más nutrientes y se considera una miel pura y orgánica.

Esta característica ha motivado a jóvenes emprendedores a involucrarse en la producción y distribución de miel como un negocio local. Estos emprendedores buscan pagar un precio justo a los apicultores, fomentando así una relación más equitativa.

Los apicultores de la vieja generación están luchando por preservar la producción de miel tradicional, evitando que se pierda o se industrialice por completo.

La tendencia actual está apuntando hacia una producción más artesanal y agroecológica, que respete el medio ambiente y promueva el comercio justo.

“Lo importante es que el consumidor compre directamente al productor. Al hacerlo se apoya el proceso de producción local, sin intermediarios, lo cual es muy valioso”, manifiesta Peraza López.

“La mayoría de estos jóvenes son hijos o nietos de apicultores, y al contar con conocimientos sobre el manejo de microempresas, impuestos y cómo gestionar el SAT como pequeños empresarios, han logrado crear un modelo más familiar dentro del negocio de la miel”.

“Esto les permite evitar la competencia desleal y asegurar pagos justos a los apicultores”, explica.

Este tipo de emprendimientos también impulsa la diversificación en el uso de la miel, incorporándola en la elaboración de productos de cosmética natural, lo que añade un valor adicional y atractivo a su oferta.

El comercio justo también implica que el comprador no debe regatear el precio.

Algo interesante de colaborar con los apicultores es que, más allá de considerarlo solo un negocio, se promueve la protección de las abejas y su reconocimiento como piezas clave del ecosistema.

Este enfoque ayuda a crear conciencia sobre la importancia de su labor y a entender el valor detrás de los precios de la miel.

Uno de los desafíos actuales para los apicultores es el aumento en los costos, como el de la gasolina necesaria para trasladarse a sus colmenas. Este gasto adicional, sumado a otros factores, afecta directamente su economía.— Sofía Vital Chablé

Producción Dulce

Diversos factores externos impactan en el precio de la miel en la República Mexicana.

Relación justa

Los productores señalan como crucial que los consumidores respeten el precio establecido por ellos, ya que éste no solo refleja el esfuerzo y los costos detrás de la producción, sino que también fomenta una relación justa y sostenible. Al hacerlo, se asegura que los apicultores puedan continuar ofreciendo un producto de alta calidad sin comprometer el valor de su trabajo.

Sostenibilidad

En un contexto donde los apicultores enfrentan desafíos climáticos, económicos y de mercado, el consumidor tiene el poder de marcar la diferencia. Optar por miel pura y local, respetar el precio justo y apoyar la producción sostenible no solo protege una tradición vital, sino también a las abejas, guardianas del equilibrio ecológico. Cada compra consciente, abundan, contribuye a un futuro más justo y sostenible para todos.