No hay apicultor de Yucatán que no reconozca que la producción de miel está en su peor crisis en el estado desde hace algunos años.
Atribuyen esta debacle al cambio climático, mal tiempo y los nortes que traen lluvias tóxicas, vientos fuertes, sol intenso y prolongado, falta de las conocidas lluvias orientales y de apoyo real para la actividad.
“Las lluvias orientales de antaño eran lluvias que duraban unas dos horas, anegaban el suelo y pasaba”, recordó el productor Marcos Antonio Chan Ceh, integrante de dos grupos de apicultores de Maxcanú y del sur de la entidad, entrevistado sobre el presente y futuro de la apicultura en Yucatán.
“Ya cambió el clima, ahora puro mal tiempo se ve. No sabemos cómo van a vivir las próximas generaciones con este cambio climático que estamos viviendo”.
Chan Ceh afirmó que las cosechas de miel disminuyeron enormemente en el año 2024 y pinta igual o peor para 2025.
Como integrante del grupo de apicultores de Maxcanú recordó que en sus buenas épocas los apicultores cosechaban 300 tambores de miel en cada temporada, pero hoy solo sacan 80 tambores de 300 a 200 kilogramos cada uno.
Cae el precio de la miel en Yucatán
A pesar que la producción es muy baja y escasa, el precio del kilo del dulce natural está bajísimo y eso ocasiona que el apicultor mal venda su miel, pues necesita dinero en efectivo para su sobrevivencia.
Para que tenga un sustento sus palabras, recordó que en Maxcanú son 63 apicultores activos y en las comisarías y otras poblaciones vecinas suman otros 200 productores de miel natural que procesan las abejas.
En 2024 hubo una sequía que duró siete meses, por lo tanto no hubo una buena cosecha de miel, dijo. Apenas acopiaron el 30% de lo que planeaba obtener y todo fue por la falta de lluvias.
“Actualmente la apicultura pasa una terrible crisis”, alertó. “Está en vías de desaparecer esta actividad porque huyen las abejas y sus reinas por el cambio climático. Este clima que tenemos desde hace algunos años es por causa de la deforestación. La falta de flores en los montes propicia escasez de alimento para las abejas”.
“Hay muchos incendios que queman los montes y los arbustos que generan el polen, y el mal tiempo que llega no trae agua buena en las lluvias. Lo que sí trae es mucho viento. De hecho, muchos mieleros ya desaparecieron porque se quedaron sin colmenas”.
El precio de la miel convencional está muy bajo, es de apenas $24 el kilo, y la miel orgánica cuesta $35 el kilogramo, recordó. Estos precios desaniman a mucha gente porque es bajísimo, no costea el trabajo ni retribuye el esfuerzo y menos se recupera el gasto del proceso para producir miel.
“Actualmente muchas colmenas ya desaparecieron por el mal tiempo, las abejas huyen por la plaga del escarabajo y la varroa, y la falta de alimento hace que se escapen, una vez fuera de su hábitat seguramente mueren”, señaló.
“El clima ya cambió exageradamente. Cuando llueve, cae agua tóxica. No es normal porque ese tipo de lluvia elimina el néctar y eso no ayuda para la cosecha”.
“El 2024 fue malísimo para la apicultura y así pinta 2025 porque vemos en este primer mes la misma situación del clima”, lamentó.
Chan Ceh aceptó que la pobre gente ya está desanimada de continuar en la apicultura porque no hay nada que estimule la producción de miel en Yucatán. Empezando por los precios.
Hasta hace algunos años el kilo de miel tradicional estaba a $60, pero hoy está a $24. La miel orgánica está en $35 el kilo y antes era la más cotizada.
Programa federal, insuficiente para la apicultura
En la época de buenas cosechas recibían apoyo del gobierno estatal por medio de la organización Apícola Maya, que desapareció del sistema productivo de Yucatán.
Hoy, los apicultores sólo reciben $6,500 al año como pago único del programa de bienestar del gobierno federal. Es un único apoyo que tradicionalmente se paga en marzo.
El otro programa gubernamental lo opera la Secretaría de Desarrollo Rural y es conocido como “Peso a peso”, pero en este programa de apoyos el gobierno estatal subsidia el 50% y el beneficiario debe pagar el 50% del beneficio que reciba.
“Si no pagas, no te dan nada”, señaló Chan Ceh. “En realidad, las autoridades no hacen nada por la apicultura. En esta región del sur del estado vemos que nos tienen olvidados por las autoridades, todo el apoyo se va a Valladolid y Tizimín”.
“Ya planteamos al gobernador Huacho Díaz que la única forma de mantener la apicultura en Yucatán es que sea por medio de un subsidio similar al programa Sembrando Vida”, dijo. “Es la única forma de seguir trabajando”.
“Los apicultores de Campeche, Quintana Roo y Yucatán nos estamos uniendo para defender la apicultura, desgraciadamente no se ha podido hacer algo bueno por esta actividad”, reconoció. “A Campeche ya le tumbaron todos sus montes por los menonitas para la siembra de soya transgénica”.
“A Yucatán le queda una parte de monte y lo estamos defendiendo para que no entren los empresarios a comprar grandes extensiones de tierras para sus desarrollos inmobiliarios, que no son buenos para la apicultura”.
Chan Ceh afirmó que en específico, los apicultores de Maxcanú cuidan y protegen una buena franja de montes que hay entre este municipio y Celestún. Estas tierras ejidales tienen cenotes, grutas y vestigios arqueológicos vírgenes, pero el gobierno no apoya para su desarrollo como hacen con los cenotes de Homún.
Por cuenta de ellos construyen brechas para llegar a sitios estratégicos para las abejas, pero no se puede llegar a la selva ni en moto.
“Desde hace 12 años planteamos a los gobernadores Zapata Bello y Vila la necesidad de construir un camino que conecte a Maxcanú con Celestún. Es un tramo corto que une a Maxcanú con este puerto yucateco, pero no le interesa al gobierno realizar la carretera”, señaló.
“Ya le planteamos al gobernador Huacho Díaz esta necesidad de una carretera turística Maxcanú-Celestún. Sabemos que el gobierno estatal ya mandó medir el tramo, pero no sabemos si lo hará, pero el gobernador nos dijo en una reunión que sí está entre sus prioridades construir esa carretera”.
Proyecto de político
De igual manera se le preguntó sobre el proyecto del senador Jorge Carlos Ramírez Marín, quien durante años militó en el PRI, pero hoy forma parte de la alianza Morena-PT-PVEM y es miembro del Verde Ecologista.
Chan Ceh de inmediato calificó como un fraude esa campaña a favor de las abejas porque solo ofrecía apoyos como parte de su campaña política y en especial, a los apicultores de Maxcanú no les cumplió.
“Nos prometió dar azúcar para las abejas, pero no cumplió. De casualidad me lo topé en una ocasión y le recordé que no había mandado la azúcar. Me dijo ‘lo voy a mandar’, hasta hoy no llegó nada”, relató.
“Ya no le creemos, de hecho, él se acerca al campesino no para ayudar, sino para comprar sus tierras con ayuda de los comisariados y el alcalde. Trató de quitarle sus tierras a un grupo que vive cerca de las vías del ferrocarril en Chunchucmil, pero los pobladores no lo permitieron, se pusieron muy bravas las mujeres y no pudo quedarse con el terreno”.
“En otra ocasión, como sé que Ramírez Marín es del Partido Verde, le dije que debería estar denunciando la contaminación del agua por las granjas porcícolas, que debería estar cuidando los montes para que no lo deforesten los grandes empresarios y los menonitas, que debe denunciar la deforestación que causó el Tren Maya. Como no buscaba qué decir, se alejó de mí”.


