• Los animales callejeros representan un problema de salud pública

México ha logrado avances significativos en el control de enfermedades zoonóticas, como la rabia y las rickettsiosis (provocada por picadura de garrapatas, pulgas, piojos o ácaros), gracias a estrategias de prevención y vacunación, señaló la veterinaria Maritza Hernández Souza.

Sin embargo, persisten desafíos que requieren atención continua, especialmente en zonas rurales y con condiciones socioeconómicas vulnerables.

En la década de los 90, México redujo drásticamente los casos de rabia en humanos. De 69 casos en 1990, la mayoría transmitidos por perros, se pasó a solo tres casos en 1999.

En 2006 se registraron los últimos dos casos transmitidos por perros en el Estado de México.

Este logro fue posible gracias a la aplicación anual de 18 millones de dosis de vacuna antirrábica en perros y gatos, lo que redujo los casos de rabia canina de 3,049 en 1990 a solo tres en 2017.

En 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a México como el primer país en eliminar la rabia humana transmitida por perros.

Aun así, el riesgo persiste debido a la transmisión por animales silvestres, como zorrillos y murciélagos hematófagos.

Entre 2010 y 2019 se registraron 13 defunciones por rabia transmitida por animales silvestres, principalmente en áreas rurales donde la falta de acceso a servicios de salud y la desinformación son factores críticos, mientras que en marzo del año pasado se documentaron tres casos de rabia en todo el país.

Las rickettsiosis, como la Fiebre Manchada de las Montañas Rocosas (FMMR) y el tifus murino, son enfermedades bacterianas transmitidas por garrapatas, pulgas y piojos.

Estas enfermedades están asociadas a condiciones de hacinamiento, falta de higiene y alta infestación de ectoparásitos en perros y gatos. La garrapata café del perro (“Rhipicephalus sanguineus”) es el principal vector de la FMMR.

Su distribución en México abarca desde el norte hasta el sur del país, con mayor densidad en estados como Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Morelos y Yucatán. El cambio climático ha favorecido su propagación a nuevas áreas.

Entre 2015 y 2019 se confirmaron 514 casos de rickettsiosis, con una incidencia de 0.41 casos por cada 100,000 habitantes.

Los estados con mayor número de casos fueron Chihuahua, Sonora, Veracruz, Sinaloa y Nuevo León.

En 2024 se dieron a conocer 205 casos de rickettsiosis, los estados más afectados son Baja California con 71 casos, Chihuahua con 55, Sonora con 47 y Nuevo León con 32, mientras que Yucatán fue uno de los estados con un número muy bajo de casos.

Acciones

Algunas enfermedades zoonóticas se vuelven más problemáticas en zonas vulnerables, de bajos ingresos, con acceso limitado a servicios de salud, medicamentos y métodos de control contra plagas”, dijo la veterinaria.

“Es fundamental que las autoridades y las instituciones correspondientes implementen estrategias eficaces que minimicen los riesgos y maximicen los beneficios en la prevención y control de estas enfermedades”.

La importancia de mantener limpio el espacio de las mascotas, los riesgos de la humedad en la propagación de enfermedades, y cómo la falta de cuidado responsable afecta tanto a los animales como a la salud pública.

La MVZ Hernández destacó que la falta de limpieza en el área donde viven las mascotas puede generar graves problemas de salud.

“El material orgánico, como heces y orina, se descompone y atrae bacterias, parásitos y moscas que depositan huevos, lo que facilita la propagación de enfermedades”.

La orina de los gatos, en particular, contiene amoniaco y urea, que pueden causar alergias y problemas respiratorios en las personas. No solo se afecta la salud de las mascotas, sino también la de los humanos. La contaminación del suelo y el subsuelo es otro factor de riesgo”, agregó.

En una región con alta humedad como Yucatán, las condiciones climáticas pueden agravar enfermedades como la sarna, infecciones bacterianas y micóticas (causadas por hongos).

“La humedad debilita la barrera cutánea de los animales, lo que facilita la entrada de ácaros, bacterias y hongos. Un perro con sarna en un ambiente húmedo puede desarrollar complicaciones adicionales”, advirtió la especialista.

También la falta de higiene en objetos como toallas, juguetes y camas puede contribuir a la propagación de enfermedades, mencionó.

“Es como poner a la mascota en un hormiguero: la bañas, pero si la devuelves al mismo ambiente contaminado el problema persiste”, ejemplificó.

Mitos

La MVZ Hernández Souza aclaró uno de los mitos más comunes sobre la toxoplasmosis. “Muchos creen que el pelo de los gatos es la principal fuente de contagio, pero en realidad es más probable contraerla por consumir carne cruda, mal cocida”.

“Las dietas BARF (alimentación cruda) para mascotas también representan un riesgo, ya que pueden contener toxoplasma, salmonela y otras bacterias”.

“Es importante acudir con el veterinario antes de cambiar la dieta de nuestra mascota, así como saber de dónde proviene el alimento de nuestras mascotas”, explicó.

La especialista resaltó que esta enfermedad es especialmente peligrosa para mujeres embarazadas, ya que puede afectar el desarrollo del feto. “La prevención es clave: evite dar carne cruda a las mascotas y mantenga una higiene adecuada en el hogar”.

Asimismo, destacó que gran parte de las enfermedades que afectan a los animales, especialmente a los callejeros, son consecuencia de la falta de cuidado y conciencia de los humanos.

“Los perros callejeros comen restos de comida que les dan, duermen en lugares sucios y están expuestos a bacterias y parásitos. Esto no es culpa de ellos, sino de una sociedad que no ha sabido responsabilizarse”, afirmó.

También criticó la falta de esterilización y la normalización de prácticas como dar huesos a las mascotas.

“Hemos tenido casos de perros con perforaciones intestinales por comer huesos. Aunque algunos dueños dicen que nunca les pasó nada, la realidad es que cada vez vemos más casos graves que podrían haberse prevenido”, señaló.

Para quienes desean ayudar a los animales en situación de calle, la MVZ Hernández Souza recomendó proporcionar alimentos secos, como croquetas, en lugar de restos de comida.

“No sabemos si un perro callejero tiene diabetes o problemas pancreáticos. Darle comida inadecuada puede empeorar su salud”.

Además, sugirió que los rescatistas se acerquen a la jurisdicción sanitaria para vacunarse contra la rabia.

“Antes de cuidar a otros, debemos protegernos a nosotros mismos. Es como la metáfora de la mascarilla en el avión: primero te la pones tú, luego ayudas a los demás”, comparó.

La prevención y la responsabilidad son fundamentales para garantizar el bienestar de las mascotas y la salud pública.

“Cuidar a los animales no es solo una cuestión de amor, sino también de conciencia y educación. Todos podemos hacer la diferencia”.

“Sacrificar a un animal solo porque está en la calle no es la solución. La culpa no es de ellos, sino de una sociedad que no ha sabido responsabilizarse. La prevención, a través de la esterilización y la educación, es el camino correcto”.