En lo que va del año, las costas de Yucatán han sido escenario recurrente de varamientos de animales marinos.
Aunque no existe un conteo exacto de estos eventos, el doctor Raúl Díaz Gamboa, jefe del Departamento de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), explicó en entrevista con el Diario que estos fenómenos están estrechamente ligados a los ciclos globales y al cambio climático.
“El clima se ha intensificado debido a las acciones humanas, como la quema de combustibles fósiles. Esto incrementa el efecto invernadero y atrapa el calor, haciendo que el mar funcione como un amortiguador térmico y un sumidero de carbono”, señaló.
“El océano absorbe gran parte del CO2 emitido por nuestras actividades, pero eso trae consigo el calentamiento y acidificación de los mares, efectos que ya sentimos a nivel local”, precisó el especialista.
Yucatán, al igual que otras regiones en latitudes similares como Mazatlán o La Paz, recibe la influencia de corrientes marinas cálidas provenientes del Ecuador.
“Esa agua caliente impacta el sistema marino, eleva la temperatura ambiental, favorece una mayor evaporación y altera la presión atmosférica. Esto, a su vez, incrementa la frecuencia de fenómenos extremos como huracanes”, indicó.
“En zonas de sequía, ésta se agrava; en zonas lluviosas, llueve aún más. El clima se desbalancea”.
Estos cambios también están relacionados con los ciclos de “El Niño” y “La Niña”, que forman parte del fenómeno ENSO (Oscilación del Sur).
Según explicó, estos ciclos alteran los vientos y las temperaturas oceánicas, afectando el ascenso de aguas profundas —conocido como afloramiento o surgencia—, lo que reduce la disponibilidad de nutrientes y provoca escasez de alimento.
“Ante esto, las especies marinas enfrentan dos opciones: migrar o morir de inanición”, advirtió.
Varamientos no son en sí mortales
No obstante, aclaró que los varamientos no son en sí mortales.
“Lo que realmente afecta es la falta de alimento. Sin nutrientes, los animales marinos se debilitan, sus crías nacen con poca energía y la cadena trófica se rompe”.
Un caso especialmente sensible es el de las tortugas marinas. Díaz Gamboa explicó que el sexo de las crías se determina por la temperatura del nido durante la incubación.
“Si la temperatura aumenta, nacen más hembras y muy pocos machos. Esto altera el equilibrio natural, pues en teoría una nidada debería ser 50% machos y 50% hembras”, puntualizó.
Otras especies que suelen aparecer en las playas son delfines, cocodrilos y tiburones.
“Estos animales siempre han estado aquí. En nuestras investigaciones hemos identificado delfines residentes en todos los puertos de la costa yucateca, desde Progreso hasta Celestún. No son visitantes ocasionales, forman parte del ecosistema”.
Incluso mencionó que durante la pandemia, al haber menos actividad humana en las playas, muchas especies marinas se acercaron más a la orilla sin temor.
