Luego de resultar con una discapacidad en 2022, la Boston terrier Pulguita ha encontrado un hogar e incluso estar en competencias
Luego de resultar con una discapacidad en 2022, la Boston terrier Pulguita ha encontrado un hogar e incluso estar en competencias

En un mundo donde los animales con discapacidad son frecuentemente abandonados, la historia de Pulguita, una Boston terrier que perdió la movilidad de sus patas traseras, brilla como un faro de esperanza.

Detrás de su recuperación está Monserrat Novelo González, cuya dedicación transformó el destino de este can y que comparte su mensaje sobre la importancia de dar segundas oportunidades.

Pulguita fue víctima de la pirotecnia. La razón de su discapacidad fue porque ella se tiró de un balcón durante una detonación de fuegos artificiales en 2022.

Esto le causó una hernia discal y la pérdida de movilidad en la mitad inferior de su cuerpo.

El exdueño de la terrier estaba huyendo de casa y se iba a mudar a otro país, los padres de esta persona le dijeron que si se iba pondrían a dormir a Pulguita porque nadie la podía cuidar.

La mascota fue llevada a la fundación Hazda, de la hermana de Monse, que tiene experiencia en fisioterapia y manejo de animales con necesidades especiales, pero al final terminó siendo adoptada por Monse.

“Estaba desnutrida, con infecciones urinarias y sin terapias; la gente me preguntaba por qué no mejor la dormía, que para qué tanto esfuerzo si nunca iba a mejorar”, relata la joven.

“¿Qué significa mejorar? ¿Caminar bien? ¿Ser normal entre comillas? Pulguita es feliz, se comunica, me sigue con la mirada, se emociona, come con gusto, duerme como reina. ¿Por qué su vida tendría menos valor?”.

Aunque estudió comunicación, Monserrat Novelo se capacitó en fisioterapia e hidroterapia para mascotas tras cuidar a su chihuahua Huarache, que llevaba con ella 15 años.

La entrevistada cuenta que durante la pandemia ese animal llegó a su vejez y quedó ciego.

Así, Monse decidió estudiar auxiliar veterinaria y varios cursos para cuidar a Huarache, incluyendo fisioterapia, masajes y cuidados de animales de compañía, gracias a estos conocimientos cuida a Pulguita.

Pulguita llegó a la vida de Monse cuando más la necesitaba.

“Yo también me sentía rota, sin rumbo. Ella me enseñó a ponerme de pie de nuevo”, confiesa.

Dificultades para una perrita discapacitada

Los primeros meses fueron difíciles: Pulguita pasó de mostrar progresos a sufrir una severa depresión.

Un especialista en Mérida pronosticó que jamás volvería a caminar y reveló que ni siquiera podía orinar o defecar por sí misma.

“Aprendimos lo que se llama exprimirla para ayudarla. Fue un golpe, pero no nos rendimos”.

Con dieta casera, terapias y sillas de ruedas donadas (como el Moncho Móvil), Pulguita recuperó peso, movilidad y alegría. Hoy corre en su carrito adaptado y hasta participó en una competencia canina, desafiando estereotipos.

Ella nos explica que la experiencia con Pulguita la ha llevado a aprender mucho sobre el cuidado de animales con necesidades especiales y a valorar la importancia de la resiliencia, el disfrute de la vida y la responsabilidad de ser un buen dueño.

El momento más emotivo llegó cuando Pulguita participó en una competencia canina en Mérida, desafiando prejuicios.

“Queríamos mostrar que los perros con discapacidad pueden hacerlo todo, con un poco de adaptación”, explica Monse. El vídeo de la hazaña se viralizó, inspirando a dueños de mascotas con necesidades especiales.

“Yo sabía que Pulguita podía, aquí en casa entrenamos con obstáculos, sobre todo por su fisioterapia. Lo hacemos en el parque, jugamos, nos divertimos. Así que cuando vi el evento, supe que podíamos participar”.

Esta confianza nació gracias a Huarache, al que anteriormente había llevado a participar, pero esa vez llegó con un pequeño aro que Monse le colocó para que pudiera guiarse, ya que Huarache no veía.

Desde entonces, Monse se ha convertido en una especie de embajadora involuntaria de la visibilización animal: sus vídeos e intervenciones en redes sociales han mostrado cómo es posible brindar una vida digna, amorosa y activa a perros con condiciones especiales.

“Pulga es la más traviesa de la casa. Le encanta llamar la atención”, asegura. La describe como inquieta, divertida y decidida, con una enorme capacidad de adaptación.

El día de la competencia Pulguita completó el circuito con algunas ayudas: Monse ponía su pie para que los obstáculos no se movieran demasiado, pero asegura que si hubieran estado bien fijos, Pulguita los habría pasado sin apoyo.

“Eso no la hace menos, con un poco de paciencia y tiempo cualquier perrito puede lograrlo. Solo necesitan que sus humanos crean en ellos”.

“Muchos creen que tener un perrito así es muy complicado o costoso, pero no es tan difícil como parece. No me canso de cuidarla. No se trata de ver su discapacidad, sino su personalidad. De eso me enamoré”.

Monse lleva siempre el nombre de Huarache, en sus redes sociales se llama “huarachetips”, donde proporciona consejos y tips para las mascotas. Pulguita no se queda atrás con su Instagram @lapulguitaatomica.

Mediante las redes sociales Monse comparte y educa; habla de fisioterapia, estimulación temprana, nutrición especializada, higiene, y sobre todo, de empatía.

Su contenido no busca dar lástima, sino generar conciencia. “No es caridad, es respeto. Ellos no están aquí para inspirarte ni para que los veas como pobrecitos. Están aquí porque tienen derecho a vivir dignamente”.

En México el 70% de los perros con discapacidad son abandonados.

Monse recomienda adoptar con responsabilidad, apoyar fundaciones y denunciar el maltrato.

Esta experiencia que ha vivido con Pulguita le enseñó resiliencia, a disfrutar la vida y a ser mejor persona, inspirada en la frase: “Sé quien tu perro cree que eres”.

Pulguita, ahora símbolo de superación, demuestra que el amor y la paciencia pueden cambiar destinos.