El economista Gabriel Rodríguez Cedillo, académico y analista de la Universidad Autónoma de Yucatán, difiere sobre el panorama que ve el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) acerca de la economía nacional y local en el primer semestre del año.
Se le enumeró los factores que considera el IMEF que generan una desaceleración económica, un estancamiento, un crecimiento casi imperceptible, un bajo dinamismo en exportaciones y reducción de las remesas que mandan los migrantes que viven en Estados Unidos.
Ante este panorama aparentemente nada halagador para la economía, el doctor en Gobierno Rodríguez Cedillo consideró que hablar de este cambio económico realmente es muy aventurado y hasta irresponsable, porque si se analiza en términos de proyección y de tendencias, la economía mexicana y la yucateca están creciendo aunque mínimo. No está en una senda de pérdidas o de quiebres.
Admitió que con el paso de los meses el comportamiento de la economía y los agentes económicos tienen variaciones y esto genera una desaceleración económica, pero no ve que haya un estancamiento.
Y explicó el término desaceleración con un ejemplo de la velocidad de un auto: en vez que vaya a 90 kilómetros por hora, va a un ritmo de 70.
Este es el diagnóstico económico real, más allá de hablar de un estancamiento. Además, otro argumento es que Yucatán y el país no tienen una pérdida de empleo amplio y la masa salarial realmente no está cayendo en picada.
Incluso, hay sectores económicos y subsectores que tienen crecimiento y otros no, lo que indica que la economía reacciona de manera desigual, pero se está adaptando a la dinámica económica.

Disminución de remesas en Yucatán
Sobre la disminución del 5% del envío de remesas a Yucatán, el coordinador de Educación Continua de la Facultad de Economía de la Uady explicó que las remesas son un ingreso extra de las familias que la reciben y no es un ingreso sobresaliente que genere dinamismo en la economía local, su impacto es en los municipios y contribuyen al bienestar momentáneo de las familias.
Un indicador halagüeño que destacó el IMEF en su informe de junio pasado es la disminución de la inflación en Mérida, se le planteó.
“La inflación es una variable extremadamente importante, no solo a nivel local, sino a nivel nacional. Sin embargo, estamos por arriba de una inflación normal, sobre todo en Mérida que es una ciudad cara y en general Yucatán es un estado caro”, explicó.
“Sí tuvo una disminución, pero se dio porque hubo una baja en todos los sectores industriales. Si esto lo comparamos con el sector servicios que creció, acá estamos mostrando que la economía se está comportando de manera desigual”.
Además señaló que este decremento de la inflación fue por una baja en la actividad industrial, que es un sector fuerte y que mueve la dinámica económica del estado.
Y esto se refleja en una disminución de trabajadores asegurados no permanentes que disminuyeron, pero los trabajadores permanentes tuvieron un incremento unos 1,000 empleos formales, que es poquito, pero es un indicador que muestra un crecimiento.
“Estos datos demuestran que la economía o el mercado interno siguen funcionando”, remachó.
¿Por qué se da esta desaceleración económica?
“Veamos a partir de enero, el último trimestre de 2024 ya la economía empezó a tener un proceso de desaceleración y esto fue debido a que las grandes obras de infraestructura que se construyeron dos años antes ya cerraron”, dijo.
“Además, entró un nuevo gobierno federal donde el ejercicio del gasto público y del presupuesto público se ralentizó. Por ello, a finales de 2024 tuvimos una desaceleración importante de la economía”.
“¿Qué es lo que nos lleva a que la economía esté desacelerada en este segundo trimestre 2025? Son dos factores muy importantes: El primero es que algunas instituciones económicas obligaban a que disminuya el déficit en el gobierno. El déficit era de 5% y en el ajuste presupuestario lo programaron a 3.5%, eso obviamente es retirar dinero de la economía o, mejor dicho, a lo mejor ya no meter el dinero que estábamos metiendo para que la economía funcione. Ese es un primer elemento estructural que nos está llevando a esta situación”, explicó.
“El otro elemento estructural es la incertidumbre. El empresario que tiene una relación estrecha con Estados Unidos vive una cuestión de incertidumbre. Si tu le sumas la desaceleración del gasto público y la incertidumbre sobre cómo va a ser mi relación comercial con EE.UU., pues obviamente el empresario se vuelve cauto y precavido y no realiza grandes inversiones a mediano y largo plazo, sino nada más para que subsista su empresa”, apuntó.
Factor político
“Yo agregaría un factor más, que vendría siendo el político, puesto que realmente la agenda de Estados Unidos esta vez no es netamente económica, sino también es política”, destacó.
“La agenda económica del presidente de Estados Unidos que estaba en el cajón, le sumó su agenda política y esto también genera esa incertidumbre”.
En esta etapa de desaceleración económica la principal afectación es al mercado interno y si no se entiende muy bien esta dinámica las personas pueden tomar malas decisiones que compliquen su situación económica. En estos momentos, dijo, el sector servicios mantiene este proceso de recuperación en el segundo trimestre de 2025.
Sin embargo, el sector servicios realmente obedece al mercado interno y si los inversionistas, empresarios, el sector industrial, el de la construcción residencial valoran el mercado interno como un impulso deben seguir invirtiendo, porque si dejan de invertir, dejan de contratar personal, dejan de consumir la desaceleración puede agravarse.
“Lo importante es que todos los agentes económicos trabajen para fortalecer o aumentar este empuje que está teniendo o este esfuerzo de resistencia del mercado interno para que no caigamos en una situación de estancamiento”, recomendó.
“La economía está en funcionamiento, pero ya no en la misma velocidad que traía un año y medio antes”.
